Cantinflas: Sus películas más memorables a través de los años

Considerado como uno de los iconos del humor blanco, Mario Moreno mejor conocido como “Cantinflas”, fue el extraordinario actor y comediante mexicano que logró destacar en la época de oro del cine mexicano.

Mario quién decidió darle vida a un emblemático personaje de vestimenta y expresiones poco tradicionales, fue como logró convertirse en el favorito de grandes y chicos. A pesar de que han transcurrido décadas desde la realización de sus películas, éstas aún siguen siendo del gusto de muchas personas.

Con motivo de la conmemoración de su fallecimiento, te invitamos a recordar y a unir a tu lista de películas por ver, algunas del amplio repertorio que protagonizó Mario Moreno; te aseguramos que simplemente te harán pasar un buen rato muy divertido, reirás a carcajadas y por qué no, aprenderás algunas enseñanzas de vida que entre risa y broma siempre aportó el simpático y muy cómico “Cantinflas”.

Ahí está el detalle (1940): Considerada por la crítica como la mejor película del comediante Mario Moreno “Cantinflas”. En la cual su director basó la escena final en acontecimientos reales de 1925 (declaraciones del notorio criminal mexicano Álvaro Chapa). En esta película, el “Mimo de México” hace gala de lo que a lo largo de su carrera fue su sello característico: su lenguaje peculiar y barroco.

Un día con el diablo (1945): Cantinflas, un humilde vendedor de periódicos, es confundido con el soldado desertor Juan Pérez y acaba alistado contra su voluntad y con un nombre falso, en el ejército, aunque el pobre vencedor trata de demostrar que no es quién dicen que es, nadie le hace caso y muere en combate. Cantinflas tendrá una interesante conversación con el mismo diablo, acerca del pasado, el presente y el futuro del mundo.

Supersabio (1948): “Cantinflas” es el aprendiz de un científico de renombre, el profesor Arquímedes Monteagudo (Carlos Martínez Baena). En esta cinta el comediante quiere encontrar la fórmula que consigue la inmortalidad de las rosas. Sin embargo, después de la muerte del profesor Monteagudo, será perseguido por un feroz grupo corporativo, que quiere robar la fórmula secreta de un combustible más barato llamado “carburex”, porque piensan que él es la única persona que conoce la composición.

A volar joven (1947): Mario interpreta a un peón que está profundamente enamorado de una sirvienta que trabaja en la misma hacienda que él. Mientras tanto, el dueño de la hacienda ha decidido que Cantinflas será el esposo ideal para su hija —una muchacha que de bonita no tiene nada—. El cómico hace todo lo posible para zafarse del compromiso, haciéndose arrestar en la fuerza aérea, donde cumple su servicio militar.

El bombero atómico (1950): Moreno interpreta a un bombero que recibe la inesperada visita de su ahijada, ahora huérfana. El hombre decide adoptarla y cambia de profesión, convirtiéndose en un intrépido policía que inclusive se disfraza para pasar desapercibido. Cuando una banda de cacos secuestra a la ahijada, “Cantinflas” hace todo lo posible por rescatarla.

Si yo fuera diputado (1951): En esta película Mario Moreno es un singular barbero que intercambia con un anciano vecino de profesión abogado, lecciones de leyes a cambio de cortes de cabello y rasuradas. Éste le propone asesoramiento para defender en los tribunales a los desfavorecidos del barrio.

Su éxito le procura votos de diputado, ya que el otro candidato, Don Próculo, no es aceptado por nadie más que por sus propios guardaespaldas. Don Próculo hará uso de cuanta artimaña conozca para ganar las elecciones por la Diputación, y también por el cariño de “Sarita” (Gloria Mange). Como dato curioso, una escena de esta película está reproducida en el Museo de Cera Movieland, en Buena Park (California).

El señor fotógrafo (1953): “Cantinflas”, fotógrafo ambulante, es capturado por unos gángsters cuando trataba de robar unas flores para su novia, Consuelo. Los gángsters le han confundido con el ayudante del doctor Penongo, científico que ha descubierto la fórmula de una nueva bomba atómica. Mientras tanto, Penongo ha sufrido un accidente de automóvil y ha perdido la memoria…

La vuelta al mundo en 80 días (Around The World In 80 Days, 1956): Ésta fue la primera incursión de “Cantiflas” en Hollywood. Además se basa en la novela de Julio Verne La vuelta al mundo en 80 días. Mario Moreno encarna a “Passepartout”, el mayordomo de Phileas Fogg, al que acompaña por toda su travesía para cumplir con la apuesta que da lugar a la odisea en la que se embarcan. Con su muy característico estilo, el personaje que desempeña el Mario se roba la película ya que es él quién da los mejores momentos del filme.

El bolero de Raquel (1957): En esta película hay una de las escenas más desfachatadas de su carrera, Cantinflas invade el escenario de un teatro de variedades y ejecuta una interpretación para la leyenda del “Bolero” de Maurice Ravel. Aquí Cantinflas interpreta a un humilde bolero que decide instruirse y se enamora de su maestra (Manola Saavedra).

Dato curioso: Fue su primer film en colores —un detalle que beneficia la famosa escena del “bolero bailarín”.

El analfabeto (1961): Mario actúa interpreta a “Inocencio Prieto y Calvo”, un trabajador desventurado que recibe una carta informándole de una rica herencia. Sin embargo, hasta que no aprenda a leer, “El analfabeto” se quedará sin su dinero y será víctima de bromas crueles y un tanto humillantes por parte de los empleados del banco donde trabaja.

El padrecito (1964): Al pueblo mexicano de San Jerónimo el Alto llega el Padre Sebastián, enviado a ayudar al anciano Padre Damián en sus funciones sacerdotales. El padre ‘Sebas’ choca con la oligarquía del pueblo al abrir una escuela. El pueblo comienza a encariñarse con el nuevo padre, creándose muchas situaciones chuscas.

El padre ‘Sebas’ no está dispuesto a consentir que el pueblo y su mismo superior el padre Damián sigan en la completa sumisión ante Don Silvestre. El padre Sebas se mete en todo, desde jugar a los dados, hasta torear.

El profe (1971): “Socrates” es un abnegado maestro que ha consagrado su vida a la enseñanza, renuncia a las comodidades de la gran ciudad para marchar al pueblo del Romeral, donde se requieren sus servicios. Allí deberá enfrentarse al poderoso cacique local, muy interesado en fomentar la ignorancia. Pero Sócrates no está solo: cuenta con el apoyo del párroco del pueblo y de Hortensia, una joven en cuya casa se aloja como inquilino. Los niños, que sienten una gran admiración por su maestro, colaborarán entusiasmados en la lucha contra las fuerzas del cacique y sus aliados.

Su excelencia (1967): Fue quizás la película más ambiciosa de “Cantinflas” en un intento de incursionar en la alegoría política, promoviendo un discurso contra los grandes poderes y a favor de la paz.

El actor interpreta a “Lopitos”, un torpe burócrata de la para nada importante “República de los Cocos”. A raíz de una casualidad, es nombrado embajador, intentando resolver el conflicto que separa ideológicamente a los superpoderes de “Dolaronia” y “Pepeslavia”. Pese a que la visión política de la cinta es un poco simplista, el discurso final del embajador sigue vigente hasta el día de hoy.

Patrullero 777 (1977): Esta es su antepenúltima obra, una crítica despiadada de la policía y la sociedad mexicana a fines de los años 70. “Diógenes Bravo es el Patrullero 777”, que contrariamente a las costumbres de sus colegas, no acepta sobornos y lucha por defender los derechos del ciudadano común. La película presenta varias escenas cómicas unidas entre sí por su protagonista.

El barrendero (1981): Napoleón (Cantinflas) un honesto barrendero público, se convierte en el único testigo del robo de un valioso cuadro, ya que los rateros, al verse perseguidos por la policía esconden la pintura en un cubo de basura que nuestro héroe debe recoger. El lío comienza para el protagonista cuando es perseguido por los bandidos que intentan averiguar a toda costa dónde se encuentra el famoso cuadro, obligándole a decir el paradero del mismo. Pero aquí no terminan las peripecias, ya que al ser asesinado el anticuario, las sospechas recaen sobre “Napoleón”.