Carga mental femenina: cómo identificarla y combatirla

En el asunto de igualdad, las mujeres casi nunca salimos bien paradas. Se tiene la idea de que tenemos que cubrir ciertos aspectos a causa de nuestro género. Esto provoca que a largo plazo las consecuencias sean reflejadas en nuestra actitud, salud e idealogías. A todo eso se le llama carga mental femenina.

¿De qué se trata la  carga mental femenina?

Este término corresponde a todo el trabajo que tenemos que realizar y que permite que funcione correctamente el ambiente doméstico, sin la ayuda o colaboración de la pareja.

Incluso si los trabajos se comparten, como por ejemplo hacer despensa, solicitar alguna consulta médica, lavar la ropa, hacer los pagos, llevar a los niños a la escuela… seguimos creyendo que son obligación de nosotras y de nadie más .

Antecedentes de la carga mental femenina

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Debido a las creencias, educación y costumbres, todas las tareas del hogar que bien pueden hacer un hombre o mujer, creemos que son parte de nuestra responsabilidad y no de ellos.

A menudo, las mujeres tenemos que pensar en todos los pendientes de la casa y es común que nuestra pareja adquiera una actitud pasiva y aunque le solicitemos su ayuda, al final terminamos resolviéndolo todo solas.

Nos convertimos automáticamente en responsables del hogar. Este fenómeno fue descrito por Suzan Walzer en 1996, en donde deduce que las mujeres asumimos el peso de la educación de nuestros hijos, así como el mantenimiento del ambiente doméstico, mental, emocional e intelectual de la familia y el hogar.

Otra de las conclusiones es que las mujeres somos tan perfeccionistas que nos preocupamos, organizamos y delegamos más tareas que nuestra pareja.

Incluso cuando los trabajos se dividen “equitativamente”, nosotras no los respetamos y terminamos realizando todas o más tareas y lo peor, nosotras las establecimos.

¿Cómo se identifica este fenómeno?

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La carga mental femenina esta presente durante todos los momentos de nuestra vida, desde la infancia hasta la maternidad, pero la sentimos de manera diferente en cada una de las etapas de nuestras vidas y por ello no nos damos cuenta.

A menudo confundimos la carga mental femenina con responsabilidad, disciplina, control de la situación y demás cosas que nos hacen creer que solo nosotras podemos mantener bien el hogar.

Sin embargo, cuando comenzamos nuestra vida en pareja, este fenómeno se hace más fuerte, y va desde cosas sencillas como comprar algún producto, hasta elegir la decoración del hogar, los planes del fin de semana, entre otras cosas.

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Cuando tenemos hijos, el círculo vicioso es mucho peor. Mientras nuestra pareja regresan del trabajo  a descansar con toda tranquilidad, nosotras llegamos para resolver un montón de cosas que tienen que ver con nuestros hijos y en ocasiones hasta con nuestra pareja.

En muchas ocasiones, el hombre no se da cuenta de todo lo que implica padecer la carga mental femenina, por lo que es fácil que esto nos lleva a sentirnos incomprendidas, solas, cansadas y a su vez nos lleve a enfrentar frustración, estrés, depresión y otros padecimientos más severos.

¿Cómo se debe gestionar la carga mental femenina?

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Lo primero que se debe hacer, es analizar y entender que no es solo nuestra obligación. No se trata de delegar tareas para luego terminar haciéndolas. Hay que dejar que nuestra pareja haga las que le tocan a pesar de que no sea como nosotras quisiéramos.

Lo ideal es platicar sobre la carga mental que tenemos con nuestra pareja y dejar que cada uno sea quien organice y lleve a cabo sus actividades asignadas a su manera.

Eso sí, siempre hay que comentarle al otro de cómo o cuándo las realizará. Esto es con el fin de evitar malentendidos y diferencias.

Para que esto funcione, es recomendable que cada una de las partes escriba o lleve control de sus tareas personales. Ya sea teniendo un calendario, una agenda o poniendo su lista de pendientes en el refrigerador.

La mejor solución para tratar la carga mental femenina es que ambas partes de la relación puedan gestionan el ambiente doméstico.