¿Sabes cómo afecta el estado anímico a nuestra piel?

Ya hemos enumerado muchas veces las funciones de nuestra piel, así como diversos problemas de salud que se manifiestan a través de esta. Sin embargo, en esta ocasión te platicaremos acerca de la influencia de nuestro estado anímico y cómo éste favorece o afecta nuestra piel.

Resulta que, muchos de nuestros órganos se rigen por procesos fisiológicos que pueden variar cuando pasamos de estar de un ánimo determinado a otro, por lo que algunos pueden afectar severamente la apariencia y bienestar de nuestra piel.

Para que esto suceda, nuestro cuerpo pasa una serie de procesos que también puede llegar a afectar órganos internos, los nervios, la circulación sanguínea, la segregación de hormonas, entre otras.

Los diversos estados de animo que pueden afectar tu piel:

Estado anímico, estrés

ESTRÉS

Este es causado por una reacción de nuestro cuerpo para hacer frente a una situación de tensión o en la que nos exijamos demasiado. Entre otras cosas puede generar: caída o pérdida del cabello, sobrepeso o adelgazamiento descontrolado, depresión, insomnio, problemas cardíacos o hepáticos.

No obstante, en nuestra piel también podemos notar las consecuencias del estrés, entre las que se encuentran: arrugas y líneas de expresión -causadas por las constantes expresiones que hacemos bajo esta situación-, piel opaca -debido a la falta de descanso y relajación- y acné -debido a la elevada producción de cortisona durante esta etapa-.

Estado anímico depresión

DEPRESIÓN

Cuando nos encontramos en una situación difícil en nuestras vidas -una ruptura, una pérdida-, es normal que nos tengamos que enfrentar a la depresión. Ésta afecta de manera directa órganos como el corazón y el cerebro, además de ocasionarnos trastornos de sueño, confusión, sensación de soledad, entre otras que pueden tener consecuencias negativas en nosotras.

¿Cómo se manifiesta en nuestra piel? Por medio de ojeras causadas por los problemas de sueño o por exponernos a periodos prolongados de llanto, lo que además nos ocasionará una ligera hinchazón en los párpados. A pesar de ser un problema común, suele ser más notorio en personas con problemas de depresión.

El estar deprimidas hace también que nuestra piel se torne opaca o con un tono grisáceo, esto es debido a que la tristeza afecta la coloración normal de nuestra piel, ocasionando un aspecto descuidado o avejentado.

Estado anímico negativo

MIEDO E INSEGURIDAD

En muchas ocasiones lo hemos sentido, pero pocos sabemos que al momento de enfrentarlos, nuestro cuerpo libera adrenalina que provoca que se ralentice y reduzca la circulación en la sangre, por lo que puede tener reacciones negativas en nuestra piel.

Algunas de estas son la palidez -debido al decaimiento de nuestra circulación-, erizarnos -cuando los músculos de nuestra base capilar se contraen, lo que provoca una sensación incómoda-, así como resequedad en los labios o distintas partes del cuerpo y aparición de ojeras en los ojos.

Estado anímico

MAL HUMOR

Lamentablemente, en ningún momento podemos huir del mal humor o momentos en los que todo nos irrite, sin embargo, éste nos causa reacciones en nuestro cuerpo como el desarrollo de patologías cardíacas, envejecimiento prematuro, aparición de canas, caída de cabello o migrañas.

En nuestra piel se manifiesta principalmente de tres maneras: enrojecimiento en el rostro y otras zonas del cuerpo  -debido a que en este estado nuestro sistema circulatorio se activa y empieza a funcionar mucho más rápido, lo que nos puede ocasionar picazón o lesiones-, dermatitis -que es la inflamación, comezón y resequedad, así como lesiones graves- y por supuesto, líneas de expresión debido a los gestos que hacemos.

estado anímico (mujer-sonriendo)

Estar felices nos provoca grandes beneficios

Durante este estado, liberamos 3 hormonas: la serotonina, la endorfina y la dopamina, que causan reacciones favorables a nuestro cuerpo entre las que se encuentran: estado de bienestar, retardo del envejecimiento, buen humor, sueño regulado y además reducen las posibilidades de sufrir enfermedades cardiacas.

Además, nuestra piel sufre cambios favorecedores como la hidratación, así como generar resistencia a problemas como dermatitis, urticaria, abscesos o celulitis. Otros beneficios son la reducción de ojeras, mayor producción de colágeno y piel tersa.