En días pasado se dio uno de los hechos que pasará a la historia como uno de los más recordados, y esto gracias a la visita del presidente de los EE.UU a Cuba. Y no es para menos, ya que tuvieron que pasar 88 años para que un presidente de los Estados Unidos de América, visitará la isla de Cuba.
Este hecho sin duda marca un punto importante en la historia de ambos países. Pero lo relevante, es más bien, la estadía del presidente Barack Obama en Cuba.
Para iniciar esta memorable visita el presidente de los EE.UU, llegó al aeropuerto José Martí de La Habana en su avión; acompañado de su esposa la primera dama Michelle Obama, sus hijas Sasha y Malia, y su suegra, Marian Robinson, así fue como dio inicio esta visita inimaginable años atrás.
Por supuesto, esta visita tuvo un carácter político puesto que la finalidad fue lograr un acercamiento entre ambos países, ya que desde la Revolución Cubana habían estado apartados políticamente.
Antes de la Revolución Cubana, los norteamericanos solían estar muy presentes en Cuba; sin embargo, el presidente Barack Obama se ha convertido en el primer presidente de los EE.UU en pisar tierra cubana pues desde Calvin Coolidge en 1928, esto no era posible.
Lo todavía más sorprendente de todo esto es que a poco más de un año EE.UU y Cuba han reabierto sus embajadas, Washington ha relajado las condiciones para hacer negocios y viajar a Cuba ya no resultará tan complicado y “prohibido” para los norteamericanos.
Entre las actividades de la agenda se registraron:
- Una visita del presidente Obama a la embajada estadounidense para realizar un recorrido por el centro histórico de La Habana, el cual se encuentra en un proyecto de restauración y mejoramiento.
- La presentación de un discurso ante el pueblo cubano,
- Una reunión con el presidente Raúl Castro pero sin la presencia del mandatario y presidente también, Fidel Castro.
- Y una actividad más relajada, un partido de béisbol.
La lluvia fue uno de los factores con lo que Cuba recibió al presidente de los EE.UU y a su familia, no obstante, con paraguas en mano recorrieron La Habana, visitando la Catedral de San Cristóbal, la estatua de Carlos Manuel de Céspedes (héroe de la independencia de Cuba), y el Museo de la Ciudad en La Habana en dónde una pintura de Abraham Lincoln llamó su atención.
En su primera mañana en Cuba, el presidente Barack Obama asistió a una ceremonia en la plaza de la Revolución y estuvo al lado del memorial del político y escritor José Martí.
PUNTOS A TRATAR
Los mandatarios Barack Obama y Raúl Castro se reunieron en el Palacio de la Revolución a tratar temas de interés, uno de ellos fue el embargo comercial, donde Barack Obama reiteró que este depende del Congreso estadounidense, pero que acabará, “lo que no estoy del todo seguro es cuándo”, señalo.
El presidente Obama también anunció un acuerdo con Google para ampliar el acceso a Internet en la isla con más conexiones de wifi y banda ancha.
Pero la primera dama Michelle Obama también tuvo oportunidad de unir lazos pues se reunió con jóvenes cubanas en la Fábrica de Arte Cubano en La Habana, con el objetivo de impulsar la educación de las niñas en todo el mundo.
MÚSICA Y BÉISBOL
En la visita del presidente Barack Obama no todo fue asuntos políticos, también tuvo un momento de relajación en una cena que se ofreció en el Palacio de la Revolución con música cubana y un ambiente muy ameno.
La familia Obama también pudo disfrutar de un partido de béisbol entre los Rayos de Tampa Bay y la Selección Nacional de Cuba. Ahí mismo dedicaron un momento de silencio en honor de las víctimas de los ataques en Bruselas.
Estando en Cuba aún, el presidente Barack envió un mensaje a Bélgica, en el cual ofreció su ayuda para hacer justicia y lamentó que haya muerto gente inocente en los atentados terroristas de la mañana del 22 de marzo.
La visita del presidente de los Estados Unidos de América tuvo una duración de 48 horas y a pesar del corto tiempo parece haberse logrado el objetivo, es decir, un acercamiento entre ambos países que desde la Revolución Cubana habían estado apartados y en conflicto, pero ya no más.
