La lección que nos dio Kim Kardashian con su último desnudo

Hace unas semanas, Kim Kardashian posteó (de nuevo) en su cuenta de Instagram una imagen, en la que únicamente lleva dos franjas negras colocadas estratégicamente para cubrir su cuerpo desnudo.

A pesar de ser el enésimo desnudo de la Kardashian más famosa (y polémica), este vino cargado de comentarios negativos que criticaban precisamente la seguridad de Kim al mostrar su cuerpo en las redes sociales, entre esos comentarios se encontraba el de la actriz Chlóe Grace Moretz quien tuiteó: “En verdad espero que te des cuenta de lo importante que es poner metas para las mujeres jóvenes, enseñarles que tenemos mucho más que ofrecer que sólo nuestro cuerpo”.

Haya sido o no su intención, la respuesta de Kim no pudo haber sido más coherente: publicar otra imagen tomada semanas después de haber dado a luz a su segundo hijo, esta vez acompañada de la leyenda “liberada”.

Amber Rose, Emily Ratajkowski, entre otras celebridades salieron en su defensa y el motivo es bastante claro. Hagamos a un lado el hecho de ser Kim y pensemos ¿acaso no vemos en la imagen a una mujer completamente segura de sí misma? ¿deberíamos dejar de señalar a las mujeres que no se avergüenzan de su cuerpo?

Las fotografías que publicó Kim Kardashian en respuesta a las críticas que recibió.

La industria del entretenimiento nos ofrece cánones de belleza imposibles de alcanzar para cualquier mujer que mantenga una vida lejos de los reflectores. Ideales como rubia, alta, exageradamente delgada, entre otros, que nos son presentados día a día en los medios y por consiguiente, “los únicos aceptados por la sociedad”. Entonces, ¿dónde quedan las demás mujeres?

Defender este punto no es contradecir por ejemplo, la observación de Chlóe Moretz que de hecho, es igual de válido, pues estamos en una sociedad acostumbrada a culpabilizar a las mujeres por la gran mayoría de las circunstancias a las que se enfrentan en su día a día.

Efectivamente, como sociedad debemos enseñarle a las mujeres jóvenes que tienen mucho que ofrecer, más allá de sus cuerpos. Sin embargo, también debemos estar conscientes que hay belleza mucho más allá de lo establecido.

De nada nos sirve promover metas y valores ajenos al aspecto físico si seguimos avergonzando y ridiculizando a la demás gente por la forma su cuerpo o por la cantidad de “defectos” que pueda tener. Alejémonos el morbo o la sexualización que produce la fotografía de Kim y, centrémonos en el mensaje que transmite y que todos deberíamos aplicar: “MI CUERPO, MIS REGLAS”.