Mitos y verdades de nuestra zona íntima ¡Conócelos!

Aunque no lo creas, existen muchos mitos y verdades de nuestra zona íntima. Y no solo nos referimos a las creencias que nos han inculcado nuestras abuelas o madres, sino también  a las ideas que tienen respecto a esto diversas culturas.

A continuación, te desmentiremos -o confirmaremos- algunas de las muchas creencias que hay sobre nuestra vagina.

Acerca del tamaño

A diferencia del pene, la gran mayoría de las mujeres tenemos un tamaño similar de vagina: sin estimulación tiene entre 6 y 8 centímetros y durante la exitación tiene de 10 a 12 centímetros.

Entonces ¿por qué a veces duele tener relaciones sexuales? Porque no ha sido correctamente estimulada y por supuesto, por el tamaño del pene de nuestra pareja, que no debería ser problema si se realiza una posición adecuada.

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Acerca de la eyaculación femenina

Esto es completamente verdadero, aunque no muchas mujeres pueden experimentarla -el orgasmo no precisamente viene acompañado de ésta-. Sin embargo, al momento del orgasmo, sale de nuestra uretra un líquido similar a la lubricación que en algunas mujeres es abundante y en otras no.

Si parimos, ¿quedamos “más anchas”? 

Definitivamente no. Una de las características principales de la vagina es su elasticidad. Durante el parto, esta se hace más ancha pero vuelve a su tamaño original. Lo que nos lleva al siguiente punto…

USA, Utah, Payson, Man assisting childbirth in hospital
USA, Utah, Payson, Man assisting childbirth in hospital

¿Se puede ejercitar? 

Sí, sobre todo después del parto -para evitar la incontinencia urinaria-. Con los ejercicios de Kegel puedes ejercitar los músculos de esta, lo que tiene entre algunos beneficios: mejorar el placer sexual y disminuir el dolor durante el parto.

Puedes hacerlos en cualquier momento, ya que solo debes apretar los músculos como si quisieras contener la orina, contraerlos por unos segundos, soltar y repetir varias veces.

Sobre la limpieza

Aunque es difícil de creer, la vagina se mantiene naturalmente limpia gracias a que produce sustancias protectoras para mantenerse a salvo de bacterias. Por eso no es necesario usar demasiados productos de higiene íntima o hacerse duchas vaginales, ya que puedes desequilibrar su pH e irritarla más.

¿Tener himen es similar a ser virgen?

Por supuesto y absolutamente que no. Existen mujeres que nacen sin himen, mientras que a muchas otras se les ha roto debido a la elasticidad y fragilidad de este.

Algunas cosas que pueden romperlo son: ejercicios, uso de tampones, manejar bicicleta o montar a caballo.

¿Qué onda con la depilación?

No, no es más higiénico andar siempre depilada. De hecho, por más incómodo que resulte, el vello púbico evita la fricción externa durante las relaciones sexuales o incluso con la ropa, además de proteger la piel sensible de esa zona de infecciones y erupciones.

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El color y olor del flujo vaginal

Hay una creencia muy vulgar que dice que nuestro flujo debe oler a “marisco”. ¿Y qué crees? Es completamente falso.

El flujo vaginal debe ser claro o blanco y no debe tener olor; y por si te preguntabas para que sirve o por qué es necesaria, pues bien, esta sustancia nos protege de infecciones, además lubrica y limpia naturalmente la vagina, por lo que su función es primordial para la salud de la misma.

Si notas cambios en su color, sientes olores y descargas más flujo de lo normal, es importante que consultes con tu ginecólogo, ya que esto puede deberse a una infección.

Si ya llegué a la menopausia, ¿se acabó mi vida sexual?

“Sex and the City” se encargó de vendernos este completo mito. Si bien con la menopausia el apetito sexual disminuye, no tiene absolutamente nada que ver que nuestra vida sexual se acabe, de hecho hay mujeres que alcanzan la plenitud sexual en esta etapa de su vida.