Después de un día de trabajo exhaustivo no hay nada más reconfortante que el sueño, sin embargo, a muchas nos ha pasado que nos ataca un insomnio terrible o mucho peor, nos despertamos durante la madrugada y nos cuesta mucho trabajo volvernos a dormir o conciliar el sueño.
Este último caso se debe a nuestros ciclos de sueño, ya que estos son de 90 minutos, a dos horas y, conforme más edad estos aumentan en número y nos impide mantener un sueño profundo por demasiado tiempo.
Otra de las causantes son las horas de sueño, y en ocasiones se te dificulta dormir porque ya devolviste poco más de la mitad de tus horas de sueño.
Algunos de los principales causantes de ambos problemas del sueño son: el estrés -tal como te lo habíamos platicado antes-, el consumo excesivo de alcohol -debido a la respuesta química de las neuronas del cerebro- y la depresión o algún problema de humor.
Consejos para conciliar el sueño rápidamente
Proactividad ante todo: Como te hemos dicho en muchas ocasiones, una buena noche de sueño no comienza cuando nos acostamos, también está determinada por nuestro estado de ánimo. Por ejemplo, si tenemos un día muy tenso, es más probable que tengamos dificultades para conciliar el sueño.
Evita el celular: Un error terrible que cometemos antes de acostarnos, es revisar el celular. Esto, aunque no lo creas nos mete en la cabeza pendientes de los cuales deberíamos preocuparnos a la mañana siguiente, por lo que igual se convierte en un factor que influye mucho al momento de dormir bien.
Cuenta borregos: O lo que quieras. Aunque no lo creas, hacer esto sirve como terapia de distracción para quitarnos de la cabeza esos pendientes o pensamientos que te mantienen despierta a lo largo de la noche o durante la madrugada.
No fuerces el sueño: Sucede que, en ocasiones nos desesperamos tanto que intentamos con muchas ganas volver a dormirnos de nuevo. Esto puede darnos resultados contrarios a los que deseamos.
Evita ciertas actividades antes de acostarte: Además de tener el teléfono en la mano, evita ver televisión o alguna película, tomar té o café en la cena, levantarte constantemente y sobre todo, comer minutos antes de acostarte.
De hecho, existen dos actividades que provocan resultados benéficos: leer un libro y meditar antes de dormir.