“Eran la pareja perfecta”, “tan bonitos que se veían juntos”, “Se veían muy enamorados”… Estas y otras más son las frases que hemos dicho al enterarnos de las rupturas de las celebridades que creíamos estarían juntas para siempre.
Ya sea por la admiración hacia alguna de las partes, o por el romanticismo que irradiaban en sus apariciones públicas, al término de estás relaciones que parecían duraderas, una parte de nosotras resulta afectada, y eso, a pesar de ser una relación ajena.
¿Por qué nos afecta?
La psicología tiene una respuesta a dicha “afectación” que se provoca en nosotras, al enterarnos del rompimiento de una relación entre famosos que parecía ‘perfecta’.
Resulta que estas parejas a las que vemos ‘perfectas’ nos ayudan a reforzar la creencia de que el ¡amor es todo lo que necesitamos!; y que sin importar las diferencias, si hay amor la relación perdurará para “siempre”.
Además, esas relaciones las consideramos como “la representación del amor verdadero” que por supuesto, son ideas que hemos construido en nuestra cabeza e idealizado, porque de una u otra forma nos “identificamos con ellos” y nos guste o no, terminamos comparando nuestra relación con la de una pareja famosa.
Inevitablemente nos visualizamos
En las relaciones “perfectas” de los famosos, buscamos proyectar directamente nuestro deseo de tener una historia tan bonita como la suya y por ello cuando se acaba, nos afecta y a veces hasta nos duele.
Debido a la velocidad en la que las noticias llegan en los medios digitales y a las redes sociales, todo el mundo puede ser testigo casi en directo del surgimiento, desarrollo y fin de las relaciones de las celebridades.
Pero a pesar de que solo vemos una pequeña representación de cómo son, tenemos la tendencia a idealizarlos según lo que esos famosos nos dejan ver, que en su mayoría es todo amor, momentos maravillosos y muchos detalles de amor.
Seguimos creyendo en “cuento de hadas”
Está claro que las relaciones del tipo “cuento de hadas” las percibimos de un modo aspiracional, así que al terminar éstas, nos preguntamos: “si ellos eran la pareja perfecta, ¿qué será de nuestra relación, que no lo es?”
Por ello debemos estar conscientes de que no existen las parejas “perfectas” ni mucho menos, las de tipo “cuentos de hadas”. No debemos idealizar ninguna relación, mucho menos una ajena.
También debemos tener presente que se necesitan muchas cosas para que una relación funcione, ya que el amor puede ser muy grande, pero las circunstancias podrían encargarse de ir desgastando y disminuyendo ese sentimiento.
Si realmente queremos una relación estable -no perfecta-, es importante incluir además del amor, la comprensión, compatibilidad, paciencia, búsqueda de momentos buenos, aprendizaje de momentos malos y todo lo que pueda demuestra que nuestra relación no es “perfecta”, pero si hermosa y real.