¿Tasa rosa? ¿Afecta mi economía?

Es recomendable que al momento de hacer nuestras compras en el súper, comparemos precios para así ahorrar un poco y aprovecharlo en otros gastos. Sin embargo, hay algo que es poco común entre los consumidores: comparar los precios del mismo producto en su versión masculina y femenina.

La aplicación de la “Tasa Rosa”

Al comparar productos del mismo estilo y marca, pero en su versión femenina y masculina, sale a la luz una especie de impuesto que nosotras, sin saber terminamos pagando; a este aumento se le llama “tasa rosa”.

Se aplica a algunos productos con versiones “femeninas”, sin embargo, y lo más grave del asunto es que esa “tasa rosa” incrementa el precio del artículo hasta llegar a un 50% de diferencia.

Entre los productos donde se puede notar con fácilidad la diferencia de precios están, por ejemplo, los rastrillos de cinco cuchillas color rosa y los de color azul ¿te has fijado que a pesar de que la cantidad que pagamos por nuestros rastrillos es mayor, nos entregan menos producto?

Lo mismo sucede con shampoos, jabones, cremas de afeitar, cremas para el cuerpo, artículos de papelería, juguetes e incluso, algunas prendas de vestir y cortes de cabello: todos ellos poseen las mismas características o sirven para lo mismo, pero el precio no es igual ¿Entonces?…

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Momento de hacer conciencia 

En redes sociales han surgido movimientos tales como #pinktax o #notbuyingit que invitan a las mujeres a concientizarse respecto a esta problemática. Nosotras tenemos el 60% del poder en las decisiones de consumo, por lo que debemos hacer frente a este conflicto.

En 2010, la revista estadounidense Consumer Reports fue la primera en detectar la famosa “tasa rosa”, tiempo después, un estudio de la Universidad de California concluyó que las mujeres llegaban a pagar casi 1.400 dólares más al año por el incremento de precio de los productos dirigidos a ellas.

Por su parte, la ONG francesa Georgette Sands dio la voz de alarma en 2013 tras analizar los costos de una famosa cadena de mercados en Europa.

Durante años, se ha considerado que las mujeres están dispuestas a pagar más en unos productos, y las marcas lo han aprovechado. Pero no hay ningún argumento objetivo, las consumidoras deben premiar o castigar esos comportamientos de las empresas

y tú ¿habías nota la “tasa rosa” al momento de ir de compras al supermercado?