Agua fría o caliente: cómo saber cuál es la ideal para bañarte

agua fría o caliente

Una ducha siempre es relajante, pero alguna vez te preguntaste ¿agua fría o caliente? Y es que cuando aquejan las altas temperaturas un buen baño con agua fría es la solución perfecta para refrescarse, mientras que a bajas temperaturas se sufre mucho pensando en la idea de que nuestro cuerpo entre en contacto con agua helada. 

Sin embargo, aquí te traemos el beneficio de ambas para que tú decidas:

Agua fría 

Estimula las defensas 

Al someterse a temperaturas bajas, el cuerpo se ve forzado a defenderse y desarrollar defensas contra lo frío. 

Mejora la circulación 

El agua fría es buena para mejorar la circulación sanguínea.

Reafirma la piel 

Al mejorar el proceso de la irrigación sanguínea, también activa notoriamente la producción de elastina y colágeno, lo que ayuda a mantener una piel firme y sana.

Aumenta la energía 

Mejora el estado de ánimo y da ese toque de energía que se necesita debido a debido al choque térmico que sucede respecto a la temperatura corporal.

Disminuye las inflamaciones

La temperatura baja logra la contracción de los vasos sanguíneos, disminuyendo notablemente el flujo sanguíneo de la zona inflamada y la controla.

Agua caliente

Relaja los músculos

Las temperaturas altas dilatan los vasos sanguíneos y genera una mayor oxigenación, lo que genera el relajamiento muscular.

Calma la mente

La dilatación de los vasos sanguíneos genera una relajación que se extiende a los músculos y es capaz de repercutir incluso en la mente, en donde se libera el cansancio.

Alivia la tensión

El proceso de relajamiento hace que logres entrar en un estado de tranquilidad, poniendo en según plano el estrés.

Ayuda a dormir mejor

Bañarte con agua caliente genera entrar en un estado somnoliento en el que se facilita el proceso de conciliar el sueño.

Ahora puedes entre el agua fría o caliente teniendo en cuenta los beneficios que aportan.