Géneros vs Ahorro

Este artículo pretende dar una guía aproximativa de por qué se establece una diferenciación en las actitudes frente a los modos de ahorro.

Existen variados mitos vinculados con las mujeres y los hombres en torno al dinero, y en gran parte, son negativos. Las mujeres ahorran más que los hombres, y sin dudas, saben hacerlo mejor que ellos, desde cualquier meta de planificación financiera. Ellas manejan sencillamente mejor las cuentas domésticas, al tiempo que se ocupan de cuidar mejor sus productos de ahorro.

En tanto, lo que sí es cierto es que ellas cobran cerca de un 15% menos que ellos, según los cálculos de Fedea. Asimismo, esa brecha se halla en todas las edades, formaciones, ocupaciones, actividades y contratos.

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Ellas piensan a largo plazo

 Usualmente, las mujeres poseemos mayor consciencia de las responsabilidades y las cuentas familiares que los hombres, prevaleciendo en líneas generales, nuestra visión a largo plazo. Es por este motivo que, nos fijamos en los objetivos sobre la necesidad de un ahorro pensado para comprar una casa o pagar la matrícula escolar de los chicos.

Las mujeres solemos ser las que corroboramos las estadísticas del ahorro y administramos esos recursos para destinarlos a emergencias o imprevistos. Un informe elaborado por Cuponómico subraya esta cuestión, diferenciando, en el caso de las mujeres, una tasa de ahorro de 700 USD más que los hombres.

La precarización tiene rostro de mujer

 Las mujeres vivimos en un mundo desigual e injusto, sobre todo, en el ámbito laboral donde la brecha salarial se encuentra muy por debajo -marcados niveles de precarización- de las remuneraciones masculinas; por ello, valoramos más el dinero.

Por tal motivo, buscamos salvaguardar al máximo nuestros ahorros, analizando prolijamente los pros y los contras de los bienes y servicios que contratamos, evaluando celosamente el consumo familiar.

Solemos guardar nuestros ahorros en plazos fijos y cuentas de ahorro que nos aseguren mayor seguridad y un dinero adicional gracias a los intereses acumulados.

Tan fervientemente emprendedoras

 No falta un día que no estemos dispuestas a invertir y generar nuestros propios negocios que nos permitan aumentar nuestra economía.

Vivimos infatigablemente a la expectativa de nuestros emprendimientos y actividades capaces de incrementar nuestra fuente extra de ingresos. Quizás, en gran medida, esto se deba a que somos conscientes del techo visible del sistema, los escollos que debemos afrontar en nuestras ocupaciones laborales, y que nos complican el ingreso a puestos de responsabilidad.

Surgió del informe global de GEM que, la tasa de actividad por emprendedurismo femenino ha escalado al 8%, y la diferencia al momento de emprender entre hombres y mujeres, ha reincidido en una disminución por séptimo año consecutivo.

Los caprichos de lado, el bolsillo primero

 Muchas veces, renunciamos hacer algo que nos gusta para simplemente ahorrar porque, como hemos visto, somos más previsoras y organizadoras que los hombres en cuanto a finanzas personales. Con mucha más frecuencia que los hombres, realizamos una pormenorizada planificación de nuestro presupuesto y nuestros pasivos.

Ahorramos solvencia

 Ahorrar más nos permite suprimir deudas para eludir gastos onerosos en el desembolso de los intereses adeudados. Este suceso, nos aporta a la vez, un buen historial de cara a conseguir mejores términos en nuevos préstamos.

Según información estadística, el 65% de las mujeres tienen deudas a saldar en comparación al 75% de los hombres.