Fue una pelea que comenzó en 2009 cuando Kanye West le arrebató a Taylor Swift el micrófono para expresar su inconformidad sobre el premio que la cantante acababa de recibir en los MTV VMA. De ahí, vinieron disculpas, rumores y una buena relación de “colegas” poco creíble para los medios.
El pasado febrero, Kanye West presentó el sencillo “Famous” en el que señala “Siento que Taylor y yo podríamos tener sexo, yo hice a esa p***a famosa”. Al acudir a recoger su Grammy por Álbum del Año, Taylor Swift señaló: “Se van a encontrar con personas que van a tratar de querer llevarse el crédito por sus logros, si se centran en su trabajo y no dejan que esas personas las saquen de su camino, cuando lleguen a su meta, podrán mirar a su alrededor y darse cuenta de que fuiste tú quien te llevó hasta donde estás.”
Cuando parecía que el asunto estaba calmado, la revista GQ presenta la portada de su edición de Julio, protagonizada por Kim Kardashian en la que señalaba que había un vídeo de una llamada telefónica entre Kanye y Taylor, misma en la que se daba la aprobación para el tema “Famous”. En un comunicado publicado en la misma edición, el equipo de la cantante negaba la existencia de esta llamada y, por consiguiente del vídeo.
La noche del 17 de julio, Kim tuiteó: “Chicos ¿ya me siguen en Snapchat? Pues deberían. ;)”. La más polémica de las Kardashian tenía un as bajo la manga, ya que por medio de su cuenta de Snapchat, difundió la grabación de aquella llamada “inexistente”. En pocas horas, el hastag #KimKardashianExposedTaylorSwiftParty ya era tendencia a nivel mundial en Twitter.
Lo que parece un chisme de celebridades, se convierte actualmente en una muestra de la doble moral que existe en nuestra sociedad. Y no precisamente estamos hablando de esto porque seamos “#TeamTaylor” o “#TeamKim” sino por la serie de declaraciones que vinieron después.
En medio del conflicto por las elecciones presidenciales y el “#BlackLivesMatters” en Estados Unidos, celebridades como Selena Gomez señalaron en sus perfiles que hay asuntos “más importantes” que tratar que una pelea entre dos celebridades. Sus seguidores lo tomaron como una defensa hacia Taylor, con quien Selena tiene una gran amistad, por lo cual cuestionaron su postura hacia los conflictos que afectaban en el país.
Es aquí cuando entra la primera cuestión: tal como diversos medios publicaron, el priorizar problemáticas como la situación de los latinos en EU debió darse desde el principio. El utilizarlo para minimizar un conflicto que más que un chisme se convierte en un asunto de moralidad, simplemente empeora la situación. Y es lo que ha venido sucediendo hasta el día de hoy.
La actriz Chloe Moretz hizo el mismo señalamiento que Selena Gomez, sin embargo, Khloe Kardashian respondió de la manera menos adecuada a la situación: intentando –fallidamente- ridiculizar a la actriz con una supuesta fotografía comprometedora. Aquí sale la segunda cuestión: ¿Cuándo las mujeres dejaremos de atacarnos y señalarnos las unas a las otras?
El llamar “p**a” a Kim por el vídeo filtrado no nos hace mejores personas que quienes llaman “p**a” a Taylor por haber iniciado una relación recién terminada la anterior. El atacar a una persona por su opinión respecto a un tema no nos hace superiores, ni mucho menos hablar de un conflicto determinado para minimizar alguna situación cuando antes no nos atrevíamos a hablar de este.
Como ya habíamos dicho antes, el giro que esta situación hace que deje de ser un conflicto entre celebridades para convertirse en un conflicto como sociedad. ¿Por qué? Porque con cada respuesta o comentario que emitimos, hacemos una muestra de nuestra moral, seamos celebridades, admiradores, seguidores o no.
¿Cuándo vamos a dejar de juzgar o señalar a una persona por sus acciones o decisiones? ¿Acaso no nosotros también hemos hecho cosas que han puesto nuestra moral en juicio? ¿Cuándo vamos a dejar de repetir esos patrones? ¿Realmente el asunto merece la importancia que se le está dando? ¿Por qué no en lugar de criticar e insultar presentamos una postura u opinión objetiva y con fundamentos? ¿Por qué no replantearnos todo esto para así iniciar un cambio en nuestra sociedad?
Muchos cuestionamientos nos vienen a la cabeza, y como todo asunto de celebridades en unos meses será olvidado gracias a otro conflicto futuro. ¿Reaccionaremos de la misma manera?
