Llega un momento en la vida de nuestros hijos en el que van a estar saturados de filmes y material de Disney y es probable que, las princesas también se hagan presentes. Mucho se habla sobre la influencia que estas últimas tienen sobre nuestras hijas e hijos.
Sin embargo, un nuevo estudio ha concluido algo bastante sorprendente ya que, efectivamente las princesas de Disney influyen en el comportamiento de las niñas y, también de manera positiva en los niños.
Quienes realizaron este estudio, en casi 200 niñas y niños de entre 5 y 6 años, observaron el nivel de interacción con dichos personajes (a través de juguetes, productos o películas), se asocia a un mayor comportamiento de estereotipos femeninos ¡Lo que no es algo negativo!
Sarah Coyne, especialista de la Universidad de Brigham Young señala: “No se trata solo de que a las niñas les gusten las princesas. Logramos extraer por completo eso de la ecuación y observamos si en realidad hay un crecimiento a largo plazo en los comportamientos femeninos estereotípicos, en niños que interactúan mucho con princesas.”
Por lo que pudimos notar que al estar en contacto con las princesas, los niños comenzaron a jugar sin hacer ruido, jugar a cocinar y limpiar y evitar riesgos, ensuciarse o intentar cosas nuevas, entre otros rasgos considerados “femeninos”.
Pero la preocupación que sienten los padres dependerá de cómo percibimos esos comportamientos. En las niñas, influye de modo que pone mayor énfasis en cómo luce y se debe “comportar”, haciéndolo potencialmente problemático. Pero en lo que respecta a los niños, el aumento en el comportamiento estereotípico femenino significa un posible beneficio para su desarrollo.
Pero, ¿Por qué? Porque si las niñas ya tienen una tendencia hacia esa dirección, entonces se lleva al extremo lo femenino. Mientras que los niños sí ya están expuestos a una cultura hipermasculinizada, tacharlos y estigmatizarlos por el hecho de volverse más femeninos no debería significar algo malo sino un poco más completos. Es decir, que puedan vivir con menos estereotipos a lo largo de su vida.
A pesar de esto, la realidad es más complicada. El promover la feminidad en las niñas es una idea que según expertos promueve el sexismo institucional y cultural. Sin embargo, hay que considerar que algunas princesas mantenían un rol activo en la sociedad y es en ellas en donde se debe enfatirzar, como por ejemplo Bella de “La Bella y la Bestia”, quien no realiza actividades necesariamente masculina, pero si favorables como el ser educada, amable y culta. De igual modo, eso no la hace menos que a Mulán, quien lucha para salvar un imperio.
Existen elementos de las princesas que sin duda debemos observar de manera objetiva. Y como padres debemos intervenir, pero no para prohibir a nuestras hijas e hijos ver películas de princesas, más bien, debemos hablar sobre sus características y las cosas maravillosas que hacen en lugar de cómo lucen o su apariencia.
Si queremos alentar a nuestros hijos a pensar más allá de un cuento de hadas, en filmes como Pocahontas, Mulán, Frozen o Valiente encontrarán modelos que rompen los roles de género esperados y que más que cultura femenista, promueve valores que tanto niñas como niños puede adoptar.
