Cuándo cambiar los artículos de limpieza en la casa

 

Paradójicamente los artículos de limpieza que utilizamos para dejar la casa reluciente y con un fresco aroma, también pueden ser los principales factores contaminantes y causantes de enfermedades. A pesar de tener una apariencia limpia, no debemos olvidar desinfectarlos y cambiarlos con determinada regularidad.

Sin embargo, muchos desconocemos cómo y en qué momento; para que elimines un posible agente contaminante antes de que genere algún problema de salud en tu hogar, te decimos, cómo limpiar y cuándo cambiar los artículos de limpieza.

En el baño

Cepillo de dientes

En el cepillo de dientes hay más gérmenes que en la taza del inodoro, pero esas bacterias no sólo se generan por el uso que le damos, también se dan porque al tira de la cadena del inodoro sin bajar la tapa, las bacterias salen disparadas a modo de aerosol hasta una distancia superior a tres metros.

Cómo limpiarlo: Al terminar de usarlo, límpialo con enjuagador bucal o vinagre blanco; déjalo secar al aire libre, no le coloques el protector si esta mojado o húmedo. Cambia tu cepillo cada tres meses o antes si está desgastado.

También adquirir el hábito de bajar la tapa del inodoro antes de descargarlo.

Toallas

Las toallas con las que nos secamos todo el cuerpo absorben humedad, células muertas y las bacterias de nuestra piel, por lo que se recomienda cambiar y lavar las toallas después de tres a cuatro usos.

Y podemos usarlas por muchos años, siempre y cuando estén limpias; aunque debes cambiarlas cuando estén muy deterioradas o pierdan su capacidad de absorción.

Cómo limpiarlas: Deben lavarse en agua caliente cada tres días, pero en el caso de las tollas para limpiar la cara o las manos deben cambiarse a diario para mayor protección.

Cortina del baño

Debido al contacto que tienen con agua y productos de higiene, las cortinas de baño adquieren manchas conocidas como “espuma de jabón”, que además de darle un mal aspecto a la cortina, también pueden albergar bacterias potencialmente peligrosas.

Cómo limpiarla: Cada dos semanas debes limpiarla con agua y jabón o un limpiador de baño, pero evita respirarlo por mucho tiempo (no la laves dentro del baño). Déjala secar en el sol. Si deseas cambiarla hazlo cuando su apariencia esté en mal estado.

En la habitación 

Almohadas

Aunque a simple vistas pueden verse limpias, las almohadas albergan ácaros, bacterias, esporas de hongos, polen, escamas de la piel, polvo, caspa, pelo y residuos de fluidos corporales, por todo ello es importante no solo lavar las fundas, sino también la almohada en sí.

Como limpiarlas: Los forros de las almohadas deben lavarse semanalmente con agua caliente y dejarlas expuestas al sol el mayor tiempo posible. Mientras que las almohadas deben lavarse cada tres meses.

Dependiendo de su material y de su cuidado, puede durar muchos años (la mayoría de las personas las conservan tres años), pero los especialistas recomiendan reemplazarlas cada seis meses.

Sábanas

Para sorpresa de muchos las sábanas no se encuentra tan sucias como se cree; éstas podrían estar más limpias que las almohadas, pero eso dependerá de su rutina antes de ir a la cama.

Si usted no se baña antes de dormir o si duerme sin ropa, es probable que las sábanas se ensucien.

Como limpiarlas: Aunque no se vean sucias trata de lavarlas cada una o dos semanas con agua caliente. Dependiendo de su material y de su cuidado, deberás cambiarlas cuando ya estén muy percudidas.

Colchón

Las sábanas limpias son una forma de mantener sin tanta suciedad y bacterias nuestro colchón, sin embargo, con el paso del tiempo es necesario limpiarlo y cambiarlo. Obviamente no podemos lavar el colchón cada semana, pero si podemos realizar algunos trucos que lo mantendrán limpio y sin tantos microbios.

Cómo limpiarlo: Rocía bicarbonato de sodio en el colchón (esto ayudará a absorber los olores), pásele la aspiradora y termina rociando desinfectante en aerosol. Coloca sábanas limpias cada semana.

En cuanto al lavado del colchón puedes enviarlo a lavar cada seis meses con personas especializadas en ello. O bien, cambiarlo cada 10 años como recomiendan los expertos.

En la cocina

Estropajo y esponja de cocina

Ambos artículos son utilizados para facilitar la limpieza en la cocina, pero paradójicamente estos aliados de la higiene pueden convertirse en los peores enemigos de la salud si no se usan de manera adecuada.

Los restos de comida absorbidos por la esponja al lavar los platos o superficies de la cocina, combinados con la humedad, crean un ambiente favorable para el crecimiento de bacterias.

Cómo limpiarlos: Lo más recomendable es cambiarlos cada semana. Pero debemos desinfectar el estropajo y la esponja después de usarlos.

Para su desinfección en el microondas se debe limpiar con agua limpia y poner a calentar durante dos minutos en temperatura máxima, y secar antes de usar.

En el caso de las toallas o telas de cocina, también es importante desinfectarlas diariamente con detergente y agua caliente; dejar que se sequen completamente antes de usarlas de nuevo. También debes lavarlas cada semana en la lavadora.

La limpieza es una forma de mantener nuestra buena salud, sin embargo, sino estamos al pendiente de los artículos con los que limpiamos, de nada servirá.

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