Conservar una flor de nochebuena todo el año es posible, incluso podemos tenerla como parte de nuestro jardín en casa. Sin embargo, para lograrlo debemos seguir ciertos pasos y ser cuidadosos (lee aquí los cuidados específicos que debes darle) con lo que hacemos antes y durante el trasplante de la maceta al jardín. Checa estos consejos que debes seguir al realizar este proceso.
De un florero a un jardín o maceta más grande
Como mencionamos la flor de Nochebuena se puede trasplantar a una maceta más grande o a un jardín y, por supuesto, colocarse en el exterior, sólo debemos tener cuidado de ver que ese lugar no reciba demasiada luz solar.
La iluminación correcta
Aunque es una planta que requiere de una iluminación adecuada para mejorar su mantenimiento, no debemos tomar a la ligera el sitio que designemos para ella.
Por el contrario, debemos elegir con conocimiento el lugar donde la pondremos, así estaremos seguros de que recibe la iluminación solar necesaria y no más.
La trasplantación y el sustrato
Si eliges un espacio de un tamaño adecuado podría llegar a formar un arbusto de hasta cinco metros y ya no ser sólo una planta sino parte de un jardín.
Al trasplantarla es vital el sustrato, éste debe ser rico en sustancias orgánicas y contener turba.
Podemos comenzar su trasplante a una maceta mayor desde el mes de enero hasta marzo aproximadamente. Previamente debemos tener cuidado con su riego, para evitar regarla en exceso y así no dañar sus raíces.
En cuanto al sustrato adecuado, es el que está hecho de una mezcla de sustrato universal, una parte de turba o de humus y una parte de arena.
También puede emplearse el sustrato que contiene corteza de pino (aunque puede sustituirse por tierra vegetal) y los sustratos artificiales solos o con turba que también dan buenos resultados.
En la nueva maceta (o jardín) colocamos una base de sustrato en interior; retiraremos la actual con cuidado de no deshacer el cepellón; la colocaremos con cuidado en el medio de la nueva maceta y rellenaremos los lados con el muevo sustrato sin presionar demasiado. El nivel de plantación debe de ser el mismo que tenía anteriormente.
Procederemos a darle un riego copioso, teniendo en cuenta que los siguientes se realizarán lo más distanciados posibles, con el fin de favorecer la estimulación del desarrollo de las nuevas raíces.
Para podarla, cuando las hojas empiecen a recobrar su color verde (en febrero o marzo), poda la planta hasta tener unos veinte centímetros aproximadamente. Con esto en semanas tendrá muchos retoños, y recobrará su color rojo vivo.
En cuanto al abono. Se bebe hacer en marzo, usando abono de crecimiento, y en octubre-noviembre, con un abono específico de floración. Semana tras semana se puede agregar un poco de fertilizante soluble en agua que contenga nitrógeno. No uses fertilizante con ureas.
Ponle mucha atención a las hojas
Las hojas de la Nochebuena son el mejor indicador para saber en qué estado se encuentra tu planta.
- Si las hojas se tornan amarillas (o las ramas comienzan a doblarse) posiblemente le falte luz. Aunque también puede tener exceso de riego. No olvides que no debes mojar sus pétalos.
- Si las hojas de tu planta nochebuena presentan un color oscuro o negruzco significa que se está pudriendo a causa de un mal riesgo.
Recuerda que no es conveniente mojar sus hojas ni sus flores, ya que esto podría afectar la apariencia de la flor y provocar su muerte. Además rociar sus flores hará que pierdan su color o se manchen.
También, para que las hojas siempre se mantengan rojas y conserven su color, no talles, frotes o sacudas ni con los dedos ni con nada.