Tendencias o costumbres que debes evitar el día de tu boda

Estás recién comprometida y, por consiguiente emocionadísima por comenzar a organizar tu boda. Para qué vamos a mentir, muchas de nosotras soñamos con tener una boda de ensueño y dejarle a nuestros invitados -y futuros hijos- el recuerdo de una noche única y mágica.

Sin embargo, a veces hacemos a un lado lo que significa el buen gusto y comenzamos a buscar o contratar servicios que definitivamente caen en el cliché o que harán que nuestra gran noche obtenga el calificativo de “ridícula, excesiva o completamente fuera de lugar”.

Por eso que aquí te tenemos una lista de tendencias y costumbres que por más de moda que se encuentren, debes evitar a toda costa el día de tu boda.

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Todo en exceso:

En esta parte entran muchos aspectos como la cantidad de invitados -que no sea demasiada, por favor-, la decoración, el estilo del vestido -de nada sirve algo tan extravagante si no podrás moverte en él- e incluso el tamaño del ramo. Y por favor, evita a toda costa las coronas de flores.

Poner el nombre de los novios en absolutamente todo:

Hay eventos en los que hasta en las servilletas y centros de mesa aparecen los nombres de la feliz pareja. Esto es un gran error y de muy mal gusto. Basta incluirlos en una zona bastante discreta -créenos, nadie va a querer exhibir en su casa un arreglo floral que diga “Luis y María” escrito con diamantina-.

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El estilo bohemio o rústico: 

Una boda con este estilo ya es un cliché bastante utilizado, inclusive por celebridades, así que ya es hora de echar a volar tu imaginación y buscar otra temática para la decoración, la música y la comida, que se va a servir.

Comer como si estuvieras en familia:

Hipotéticamente una boda es un evento en lo que todo debe ser excesivamente formal y eso tienes que verlo con tu servicio de banquetes.

Exige que todo -incluidas las entradas- sea servido excelentemente distribuído en la mesa, de tal manera que cada invitado lo tenga al alcance con solo estirar la mano.

Se ve muy mal que entre ellos se estén pasando uno por uno la cesta de panes o aderezos como si fuera una comida familiar.

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Muchas flores en la mesa: 

Decorar la mesa con -muchas- flores naturales representa un gasto enorme y muy poco valorado. Piénsalo de esta forma: ¿para qué invertir tanto en flores si todas van a acabar en el suelo, magulladas y en la basura? Créenos, tu cartera te lo agradecerá.

Que una sola familia costee toda la boda:

Esta tradición debe acabar; una boda es una inversión enorme que no tiene por qué caer en manos únicamente de la familia de la novia.

De hecho, esta inversión debe ser exclusivamente de los novios -aunque una pequeña contribución no cae nada mal, pero pequeña ¿eh?-. Así que si les llevará un año o dos ahorrar para este gran día, que así sea.

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Comidas de mil tiempos: 

Bueno, exageramos. Pero seamos honestas, servir tanta entrada previa al platillo principal hará que este no sea disfrutado al momento de ser servido -y que el pastel se desperdicie- ya que la mayoría de tus invitados estarán más que satisfechos y terminarán comiendo -con un poco de suerte- la mitad del platillo.

Mezclas raras: 

Elegir un espacio ad hoc a la decoración -o viceversa- es esencial, lo mismo sucede con los colores e incluso el vestido. Por ejemplo, las velas quedarían perfectas para una fiesta al aire libre, por su parte, la decoración discreta quedaría excelente si tu banquete es en un salón un poco menos excesivo.