En ocasiones, a causa de las prisas o nuestros horarios no podemos dedicar el tiempo necesario a la preparación de nuestros alimentos, por lo que decidimos brincar pasos en las recetas o recurrir a maniobras que nos facilitan y reducen el tiempo de preparación.
Sin embargo, de vez en cuando estas medidas resultan un poco contraproducentes, tanto en el sabor de la comida, como en nuestra salud y los beneficios nutricionales de los ingredientes. En esta ocasión, en lugar de presentarte una deliciosa receta para preparar, te enlistamos los cinco errores más comunes que cometemos al momento de cocinar.
Hervir en vez de cocer a fuego lento: Cocer la comida a fuego bajo produce un leve burbujeo poco constante y una que otra voluta de vapor; por otro lado, hervir produce vapor y burbujeo más constante que sube a la superficie, lo que destruye las proteínas y seca la carne, sea cual sea su tipo.
Cocinar antes de precalentar en el horno: Esta acción podría elevar el riesgo de intoxicación, sobre todo si el alimento estuvo unos minutos a temperatura ambiente ya que al estar en un rango entre los 4 y 60 grados, las bacterias se multiplican más rápidamente. Lo recomendable es esperar hasta que el horno alcance la temperatura adecuada.
Hornear utilizando huevos fríos: La mayoría de las recetas señalan que los huevos deben estar a temperatura ambiente antes de hornearlos, ya que los ingredientes se mezclan mejor cuando se encuentran a la misma temperatura para así crear una masa tersa que sube mejor con los postres como los bizcochos o pasteles.
Volver a congelar comida descongelada: Si se descongela en el refrigerador, no hay ningún riesgo de congelarla de nuevo, sin embargo su sabor cambiará y es probable que sepa mal, esto sucede porque al descongelar los alimentos se derrite el agua congelada, lo que provoca sequedad y cambios en el sabor.
No dejar reposar la carne: Si no dejas reposar la carne después de cocerla, esta perderá sus jugos y quedará seca y sin sabor, ya que los jugos se desplazan al centro de la carne durante el período de cocción. Dejar que un corte pequeño repose entre cinco y diez minutos permitirá que los jugos se redistribuyan de modo uniforme.
