A veces nuestra casa necesita un cambio, y no precisamente una redecoración o un cambio total de muebles, mucho menos una remodelación a la fachada o alguna habitación. Simplemente necesita pintarse.
Aunque no lo creas, se convierte en algo complicado y más si eres tú y no un experto en decoración quien ayudará con la elección de colores y el trabajo de pintura.
Para aligerarte la carga, te presentamos algunos de los errores más comunes que comentemos a la hora de pintar.
Olvidar considerar la luz:
Elegir un color y que a la hora la habitación resulte más oscura o más clara después de pintarse es porque no consideramos la luz exterior que entra a esta o el tipo de iluminación que entra.
No vamos a poner un color oscuro a un cuarto con una pequeña ventana y luz tenue ¿o sí? Antes de pintar todo, comienza con algo que puedas usar como muestra para determinar si es el color que tú quieres.
Mezclar muchos colores sin buscar el equilibrio:
No tiene nada de malo elegir más de un color para una habitación, el problema viene cuando estos ¡no combinan!
Siempre hay que revisar las sugerencias de combinaciones que aparecen en catálogos de pinturas, ya que si no lo haces, harás que la habitación pierda totalmente su armonía.
Tampoco está bueno combinar todo en un mismo color:
Supongamos que tu color favorito es el verde. ¿Te imaginas utilizar diversos matices de este color y además, que muchos de tus muebles tengan esta tonalidad?
No solo se verá aburrida, sino también repetitiva. Lo que puedes hacer es variar los colores de los objetos decorativos -mínimo-.
No colocar colores suaves:
Se puede elegir colores vibrantes, pero es importante que al menos la decoración tenga un color suave y armonioso ya que tanto color fuerte resulta algo cansado para la vista.
Irte a lo seguro:
No temas por incorporar algún elemento nuevo a la decoración de tu casa, si nos vamos a un color en el que estamos acostumbradas, haremos de nueva cuenta que nuestra casa se torne algo monótona.
Elegir bien el color, pero no acertar en la terminación:
Esto puede hacer que nos llevemos una decepción enorme. Lo mismo que sucede con la falta de iluminación, a veces el color que elegimos es un tono mate, pero puede resultar que en realidad sea más favorecedor un tono fuerte.
No considerar lo que queremos transmitir:
Es importante saber qué estas buscando transmitir al momento de elegir un color: paz, tranquilidad, calma o energía.
El no hacerlo, puede incluso llegarnos a estresar a nosotras mismas, imagínate: tienes problemas para conciliar el sueño y eliges uno color fuerte para tu habitación ¿te imaginas el resultado?