Muchos afirmamos que un niño ve correctamente, sin aseguramos de ello. Consideramos que si no presenta alguna molestia o él mismo no externa algún problema visual entonces todo está bien.
Sin embargo, los padres de la gran mayoría de los niños que tienen algún problema visual, se terminan enterando que su hijo lleva mucho tiempo con problemas en la vista. Incluso se dan cuenta que algunos otros problemas derivan de esa mala visión y en el peor de los casos que su problema ya no tiene solución.
¿Por qué debería llevar a mi hijo al oftalmólogo?
Para descartar cualquier problema en la vista o corregir alguna deficiencia visual, sobre todo si se trata de un problema genético que en la etapa adulta pueda ser severo.
Además, si se tiene un problema en la vista, pero se detecta en los primeros años de desarrollo, es posible recuperar un buen porcentaje visual a diferencia de la etapa adulta donde es más difícil y casi nulo.
También se recomienda la revisión ocular antes de comenzar la escuela, ya que de este modo podremos prevenir futuros desórdenes en el aprendizaje.
¿Cuándo realizar un examen visual?
Lo antes posible, y antes de comenzar la escuela, pues la detección y el diagnóstico precoz son cruciales para corregir las anomalías visuales y así evitar problemas en su desempeño escolar.
Sin embargo, igual puede hacerse por períodos o en determinadas etapas de la infancia:
– La primera revisión visual completa se debe realizar en el primer año de vida; con la finalidad de prevenir el desarrollo del ojo vago o ambliopía (pérdida de visión en un ojo provocada por la falta de uso); tratar el estrabismo, pupila blanca, desviación de los ojos, etcétera.
– Entre los 3 y 5 años; etapa en la que se pueden comenzar a detectar ciertas patologías visuales que se pueden corregir si son tratadas antes de los ocho años.
Algunas alteraciones o patologías a descartar: la presencia de cataratas congénitas, los tumores intraoculares, defectos refractivos como la miopía, hipermetropía, astigmatismo.
El diagnostico deben realizarlo un oftalmólogo pediátrico, ya que se le realiza una exploración distinta debido a que un niño de esa edad, no lo puedes sentar en un aparato, ni preguntarle las letras que ve.
– A los 6 años; la edad ideal porque el niño puede colaborar en ciertos test de visión, además el ojo empieza a adquirir su madurez y el niño puede llegar a identificar movimientos, leer y facilitar la interpretación de ciertos objetos proyectados. También coincide con el inicio de la escuela.
– De los ocho en adelante; entre esta edad y los 12 o 14 años es cuando el ojo alcanza su plena madurez, por lo que debemos acudir al oftalmólogo para realizarle la revisión visual completa y descartar cualquier problema; cuidar de su salud visual y prolongar el uso de anteojos.
El éxito de los tratamientos contra las alteraciones oftalmológicas va a estar condicionado siempre por el diagnóstico precoz.
Cómo identifica un posible problema visual
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Frotarse los ojos constantemente.
- Sensibilidad extrema ante la luz.
- Capacidad deficiente de enfocar.
- Capacidad deficiente de seguir un objeto.
- Alineamiento o movimiento de los ojos anormal.
- Enrojecimiento crónico de los ojos.
- Lagrimeo en los ojos.
- Pupilas blancas en lugar de negras.
Problemas escolares que podrían derivar de una mala visión:
– Poca habilidad para ver objetos a distancia como leer el pizarrón.
– Cruzar o entrecerrar los ojos.
– Dificultad para leer o seguir la lectura con un dedo.
– Escribir cada vez más cerca del papel,
– Dolores de cabeza relacionado con periodos de lectura.
– Pestañea más de lo normal.
– Se frota mucho los ojos.
– Cierra un ojo o se lo tapa para ver mejor.
– Tener dificultad para correr.
– Parecer torpe en los movimientos
Pruebas caseras para saber si hay algún problema
En los primeros meses de vida:
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Mirar el color de la pupila (debe ser negro)
- Observar si cierra los ojos al contacto con la luz.
- Comprobar si sigue con la mirada objetos luminosos
A partir del primer y segundo año:
- Hacer rodar un juguete sobre una alfombra (que no haga ruido) y comprobar si lo sigue con la mirada.
- Taparle un ojo y ver como se defiende con el otro; y hacer lo mismo con el ojo contrario.
- Fijarse si desvía alguno de los ojos.
De los tres en adelante, lo mejor será dejar que un especialista haga la revisión con pruebas específicas y él indique cómo está la salud visual de nuestro pequeño.
La correcta visión de un niño ayudará a que viva con mayor plenitud su infancia, pero sobre todo, la detección temprana de los problemas visuales ayudará a su corrección futura obteniendo favorables y mejores resultados.
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