Tal como sucedió en algún momento con el matcha o la cúrcuma, la moringa llega para convertirse en la planta medicinal que ayudará a cuidar de nuestra salud y a prevenir algunas enfermedades como el asma o los dolores en las articulaciones, entre otras más.
¿Qué es la moringa?
Es una planta con muchos años de antigüedad, que después de un buen tiempo vuelve a resurgir su uso. Es también conocida como árbol de la vida.
Posee una gran cantidad de vitaminas y minerales como hierro, carotenoides, quercetina, vitamina C, polifenoles, ácido clorogénico, entre otros. Además tiene un potente efecto antioxidante y antiinflamatorio.
La moringa pertenece al género de arbustos y árboles, en la que todos sus componentes como corteza, vainas, hojas, nueces, semillas, tubérculos, raíces y flores son comestibles.
Usos de la moringa
Esta planta es utilizada para tratar algunas enfermedades respiratorias, disminuir la ansiedad, para la pérdida de peso e inclusive controlar la glucosa sanguínea en diabéticos.
Se ha encontrado a través de estudios, que este cultivo de origen asiático contiene sustancias anticancerígenas, hipotensoras, hipoglucemiantes y antibióticas.
Sin embargo, en cuanto a su valor en el tratamiento de cáncer, diabetes e hipertensión en humanos aún no existe respaldo de pruebas clínicas, así lo explica doctor Mark Olson, del Instituto de Biología de la UNAM.
Propiedades de la moringa
– Contiene un alto valor proteico, ya que es rica en vitaminas A, B y C, y minerales.
– Proporcionan un potente efecto antioxidante y antiinflamatorio.
– Disminuye los efectos de la menopausia, debido a que ayuda a mantener los niveles de inflamación y de estrés oxidativo controlados; asimismo favorece un balance natural de las hormonas que se ven afectadas durante esta fase.
– Tiene propiedades antibióticas o para atender la hipotensión (cuando se tiene la presión baja) antiespasmódicas, anti-ulcerosas, anti-inflamatorias, hipocolesterolémicas e hipoglucémicas.
– Debido a su efecto vasodilatador, mejora la circulación sanguínea, regulando la presión arterial.
– Es un auxiliar en la pérdida de peso pues contiene fibras y una elevada cantidad de proteínas que ayudan a aumentar la sensación de saciedad.
– Protege el corazón, evitando la absorción de colesterol en el intestino y la formación de placas de grasa en las arterias, disminuyendo así el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
– Mejora la salud del sistema digestivo, ya que previene y ayuda a tratar úlceras estomacales.
– Ayuda a combatir el estreñimiento por su alto contenido de fibras y también es útil para tratar las hemorroides.
– Previene y combate la anemia, debido a que sus hojas poseen una elevada cantidad de hierro (105 mg por cada 100 g), favoreciendo al aumento de los glóbulos rojos.
– Mejora la visión gracias a su elevado contenido de beta-caroteno, el cual es un componente precursor de la vitamina A.
– Protege e hidrata la piel debido a que contiene vitaminas B1, B2, B3, B6, C, E y A, favoreciendo la cicatrización de la piel.
¿Cómo consumirla?
Su consumo pude ser a través de tés, ensaladas, cápsulas o polvo para adicionar jugos, sin embargo, sus parte más utilizada son las hojas que es donde se encuentra la mayor concentración de antioxidantes.
- Té de moringa: Coloque 250 ml de agua en una olla a fuego medio hasta que hierva, agregue 1 cucharada (10 g) de hojas de moringa, tape y deje reposar durante 5 minutos, colar y beber 2 tazas al día.
- Cápsulas: 1 a 3 cápsulas al día en conjunto con las comidas, esto varía según la marca, por lo que debe leerse el etiquetado del producto.
- Semillas: En caso de consumir sus semillas, deben descascarse e ingerirse con un vaso de agua, pudiendo consumirse 3 gramos al día (aproximadamente de 2 a 3 semillas por día).
- Polvo: De 1/2 a 1 cucharadita al día (1 a 3 gramos), pudiendo agregarse en los jugos, sopas, café o yogures o inclusive preparar un té con el polvo.
La moringa es una de las plantas que aporta muchos beneficios a la salud, y aunque hasta ahora siguen los estudios para descubrir y confirmar su potencial medicinal, no está prohibido por los médicos, sin embargo, se recomienda no abusar de su consumo.