La ciencia tiene algo que decirnos respecto a los regalos que damos en Navidad. Y todo gracias a un experimento, en el que observaron a un grupo de personas responder sobre los regalos que les eran entregados. Y te lo advertimos: la gran mayoría de la gente es feliz recibiendo algo fácil y rápido.
Cada persona es un mundo distinto, y es lo que nos trata de decir este estudio realizado por Jeff Galak, investigador de la Universidad Carnegie Mellon.
Una de las conclusiones a las que llegaron, es que en ocasiones los regalos no son apropiados, ya que quienes los regalan, se concentran en el momento de entregarlo, mientras que quienes reciben, se concentran en el uso que le pueden dar al regalo.
En el experimento, los especialistas descubrieron que en la mayoría de los casos, la gente se siente con la obligación de escoger artículos únicos para cada una de las personas a quienes piensa darle un obsequio, incluso, si nunca se van a enterar si recibieron un regalo igual al de otra persona. De hecho, el que trates de darle un regalo único a cada persona puede ocasionar que des regalos equivocados.
No obstante, también hubo un descubrimiento que sorprenderá a quien haya recibido un regalo inútil y considere volver a regalarlo… La mayoría de las personas que entregan los regalos no se sentirán ofendidas si a falta de utilidad, decides reciclarlo en otro intercambio, es decir, tienes el derecho de disponer de este como se te antoje.
Como consejo, mejor obsequia algo que esté en la lista de regalos –en caso de tenerla- de la persona.
Los especialistas descubrieron que la mayor parte de las personas se siente más contenta al recibir regalos de su lista, o incluso si reciben dinero –aunque nunca debes hacerlo así con tu pareja-.
De no existir una lista de peticiones, lo mejor es optar por una tarjeta de regalo, y no ser demasiado específica en cuanto a una tienda o producto. De ser así, es mucho menos probable que se utilice.
Por su parte, investigadores de la Universidad de Chicago hicieron un experimento en el Museo de la Ciencia y la Industria, en el que armaron parejas entre los visitantes de este, llevando a uno de los integrantes a la tienda de recuerdos para que escoja un regalo para la otra persona. Se les pidió que elijan dos formas: de manera aleatoria o cuidadosamente, pensando en los gustos de quien lo recibirá.
Quienes pensaron en los gustos específicos, creían que su esfuerzo sería retribuido de manera especial, aunque por lo general no fue así, a pesar de que quienes recibían los regalos y sabían cuáles se habían escogido al azar y cuáles se habían escogido cuidadosamente, el obsequio no pensado gustaba de igual manera que el otro.
Sin embargo, el esfuerzo pesaba, cuando se trataba de un mal regalo por parte de un amigo o familiar.
Esto nos da una lección primordial: si sabes que probablemente el regalo escogido no va a gustar, deberías considerar regalar algo que demuestre tu esfuerzo. Y para poder demostrarlo, debes disfrutar el proceso ya que, según el estudio cuando la gente pasa tiempo pensando en un regalo para alguien más, se siente más cercana a esa persona, aunque no tenga ningún beneficio para el receptor.
Aunque nuestros sentimientos probablemente no ayuden, ya que depende si le gusta a quien recibe o no. Así que lo mejor es conseguir un buen regalo sin importar lo mucho o poco que hayas tardado en escogerlo.