Entre los padecimientos que surgen con la llegada de la temporada calurosa, se encuentra el sarampión, enfermedad que muchas veces es confundida con la varicela y que también afecta el bienestar de los niños.
El sarampión también se caracteriza por la aparición de erupciones en la piel, aunque a diferencia de la varicela, éste comienza con un sarpullido en la cara y la parte superior del cuello, luego se extiende al resto del cuerpo.
Esta enfermedad viene acompañada de otros síntomas, que a continuación te platicaremos, además de todo lo que implica padecer de Sarampión.
¿Qué es el Sarampión?
Imagen de: Salud infantil y de la embarazada
Una infección causada por un virus que se disemina fácilmente de persona a persona y causa una erupción en la piel de color roja con manchas. El sarampión es una enfermedad que presenta erupciones que comienzan en la cabeza y descienden al resto del cuerpo.
Sin embargo, puede venir acompañada de otros síntomas como lo son la fiebre, tos, moqueo nasal, sensación de dolor y malestar en general, pequeñas manchas blancas dentro de la boca y conjuntivitis.
El Sarampión es considerado como una de las enfermedades clásicas de la infancia y aunque afecta principalmente a niños, personas de cualquier edad pueden ser infectadas.
¿Cómo se da el contagio?
Esta enfermedad se propaga cuando una persona contagiada al toser o estornudar, esparcen por el aire las gotitas que contienen el virus y éstas infectan a otra persona al inhalarlas; o bien, al tocar superficies donde el virus se depositó y través de las manos, al llevarla al rostro, boca, ojos u oídos, se genera la infección.
Los síntomas y sus consecuencias
Imagen de: magicmaman.com
Como mencionamos los principales síntomas del sarampión son la fiebre alta y las erupciones en todo el cuerpo, a diferencia de la varicela, éstas aparecen con puntitos blancos, rodeados de un halo de inflamación rojo y sin líquido.
Otros síntomas típicos son la tos, la rinitis y la conjuntivitis, aunque en pacientes adultos algunas veces el sarampión puede conducir a problemas serios como gastroenteritis y afectación hepática.
Los cuidados que se pueden aplicar
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El Sarampión es una enfermedad que implica de muchos cuidados para que el paciente se sienta un poco mejor, ya que no existe tratamiento antiviral específico, sin embargo puede tratarse con la administración de antitérmicos para la fiebre y antitusígenos para la tos.
El tratamiento con antibióticos sólo se requiere cuando aparecen complicaciones bacterianas.
Mientras tanto algunas buenas recomendaciones pueden ser de mucha ayuda:
- Es recomendable que mientras dure la infección el enfermo guarde reposo y mantenga una buena hidratación.
- Para tratar la fiebre se puede usar paracetamol (Tylenol o Tempra) o ibuprofeno (Motrin o Advil). NO administre ácido acetilsalicílico o aspirina (AAS) a su niño.
- Como se trata de una enfermedad muy contagiosa se aconseja mantener aislado al niño -o adulto- hasta que hayan transcurrido 8 días desde la aparición del sarpullido.
Cómo saber si se trata de Sarampión
Se diagnostica mediante un examen físico que se le realiza al niño; el médico puede ordenar un análisis de sangre o un hisopado viral de nariz o de garganta.
¿Cómo prevenir el Sarampión?
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La vacuna contra sarampión-paperas-rubéola (MMR) puede prevenirlo; en muchas instituciones de salud está disponible en forma gratuita.
Los niños reciben dos dosis de la vacuna contra el sarampión. La primera se da generalmente después del primer año, y la segunda suele darse antes de que el niño empiece a ir a la escuela.
En la mayoría de los casos, la vacunación protege al niño contra el sarampión y minimiza la exposición. Además, la vacunación también evita las complicaciones derivadas del sarampión tales como la neumonía grave, las infecciones pulmonares y la encefalitis.
Para tener en cuenta: Es normal que algunos niños desarrollan un sarpullido como consecuencia de la vacuna; ha habido casos que cuando reciben la vacuna, desarrollan síntomas leves de la enfermedad, pero lo mejor será consultar al médico para saber cómo actuar.