Está claro que para tener un bebé las parejas mantienen relaciones sexuales, a menudo, y con frecuencia, lo hacen con más ganas de lo habitual. Pero cuando ya se encuentran en los primeros meses del embarazo, muchas mujeres lo evitan, simplemente porque la novedad les abruma o cuando menos y comúnmente durante el primer trimestre del embarazo no se les apetece.
Aunque también los típicos problemas al principio del embarazo, como el cansancio y las náuseas se suman al rechazo de intimidar con la pareja. Sin embargo otras mujeres no piensan en la idea de mantener relaciones sexuales durante el embarazo, ya que durante las primeras semanas, surge el miedo de que el sexo pueda dañar al embrión.
Sin embargo, todo eso es un mito, ya que al principio de la gestación los órganos de la pelvis están mejor irrigados y esto ayuda al aumento del deseo sexual.
Sexo durante el embarazo: por períodos
A partir del segundo trimestre, el cuerpo se ha acostumbrado al embarazo por lo que el cuerpo se vuelve más femenino: las curvas de la cadera se acentúan y los senos crecen por lo que está en buenas condiciones para tener relaciones. Aunque las dudas persisten: ¿Cómo recibe el feto el sexo?, ¿Le resulta molesto?, ¿Siente presión?, etc.
Aunque en ocasiones el rechazo hacía el sexo durante el embarazo también se da por parte de nuestra pareja, ya que él tienen la sensación de que hay un tercero en la cama y -no en el mal sentido-, más bien, porque las mujeres solemos pensar y preocuparnos por el pequeño, dejando en segundo plano a nuestra pareja.
Pero cabe aclarar que los hombres también pueden evitar el sexo durante el embarazo, debido a que tienen miedo de lesionar al bebé; cosa que es prácticamente imposible, ya que el tapón mucoso cierra la entrada al cuello del útero, lo que impide que los fluidos puedan llegar hasta ahí.
Además es de útil importancia saber que nuestro orgasmo se produce en el útero y que durante un breve tiempo la placenta proporciona menos sangre al bebé, lo que supone un entrenamiento para su circulación sanguínea. Sin olvidar que el bebé está protegido por el líquido amniótico y por la pared muscular del útero.
En el tercer trimestre, como el crecimiento es mayor, resulta más difícil encontrar una postura que nos resulte cómoda. En la mayoría de los casos, es mejor para la mujer ponerse encima del hombre ya sea sentada, tendida o que la penetración se haga con el hombre abrazando la espalda de la mujer. Aunque también podría practicarse con la mujer en la posición de “perrito”. Como en estos casos la penetración puede ser más profunda, es recomendable reducir el ritmo.
La importancia de que la pareja tenga contacto
El contacto cuerpo a cuerpo es importante durante el embarazo, sin embargo, esto no quiere decir que siempre hay que tener sexo. De resultar incómodo, o por algún otro factor, las caricias, los masajes, los roces e incluso la masturbación son una opción viable.
Muchas mujeres tienen la inquietud de que las contracciones durante el orgasmo pueden adelantar el parto. No obstante, durante la eyaculación se segrega la hormona prostaglandina que ablanda el músculo uterino y lo prepara para las contracciones, sin embargo, la cantidad es tan pequeña que no las estimula. Al contrario, el sexo antes del parto es un buen método para calmar al bebé.
No obstante, como en todos los casos, existen diferentes riesgos que pueden influir para que el sexo sea detenido durante el embarazo, de ser este tu caso te recomendamos consultar a tu médico.
Estas son algunas de las causas:
- Cuando el orificio uterino se abre antes de tiempo ya que durante las relaciones sexuales se pueden producir infecciones que dañen la bolsa amniótica
- Si existe amenaza de aborto o de parto prematuro.
- Si han detectado algún problema en la placenta.
- Si padeces enfermedades como diabetes, asma o problemas cardíacos.
- Si se produce una rotura prematura de la bolsa amniótica, entre otras.
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