El ejercicio y la alimentación sana, son de los temas que más excusas podemos inventarnos para no realizarlos. Ya sea porque no queremos o porque no “podemos”, siempre tendremos un buen pretexto para seguir en el mismo plan negativo.
Como sabemos lo difícil que es iniciar alguna actividad o hacer ejercicio, te hablaremos de las excusas que siempre ponemos para no hacer nada. De esta forma podrás darte cuenta de lo mal que te ves.
Pero para que puedas cambiar esa terrible actitud, también te daremos soluciones a esos “no puedo”, que siempre surgen cuando alguien nos dice “vamos a hacer ejercicio”.
“No tengo tiempo”: La más común y más usada. Obvio sabemos que tienes que lidiar con los deberes del hogar, del trabajo -una que otra, con los hijos- y la pareja, pero ese no es pretexto. Lo único que necesitas son 30 minutos todos los días.
Ese tiempo es más que suficiente para activar tu cuerpo y mantenerte en forma, así que si pensabas que necesitas pasar horas en el gimnasio, déjanos confirmarte que no. De igual modo, si un día no te alcanza el tiempo, puedes salir a caminar durante 15 minutos o realizar ejercicios en tu casa, como subir escaleras, hacer abdominales, sentadillas o brincar la cuerda, con eso es más que suficiente.
“No sé cómo entrenar”: No saber alzar correctamente una pesa es válido, lo que no es aceptable es que creas que solo puedes ir al gimnasio y pagar un entrenador, para hacer ejercicio.
Ahora hay numerosas aplicaciones para hacer ejercicio, que además de efectivas, -pues te enseñan paso a paso como hacer los ejercicios-, las encuentras de forma gratuita. Pero también, puedes realizar alguna actividad que no tenga nada que ver con pesas, o espacios cerrados, como correr, caminar, incluso patinar (ahora que está de moda lo retro).
“Me da mucha flojera, más después de mis quehaceres”: Es lógico que algo que no te gusta te cuesta más hacerlo, pero puedes intentar realizar alguna actividad o hacer ejercicio en distintos horarios, de esta forma, podrás saber qué horario te pesa menos y cuál es más efectivo para ti.
Además puedes verlo como “parte de tu rutina”; muchas de las actividades que realizamos son hábitos que nos hemos creado a través de la costumbre, si tú empiezas a comparar el ejercicio con actividades como bañarse o cocinar -básicas-, tendrás en mente que aunque tengas flojera, debes hacerlo. Poco a poco ya no lo verás como una obligación.
“Me canso demasiado”: Es obvio que si no haces ejercicio regularmente, tu condición física es muy baja, por lo cual cansarte demasiado es lo más normal. Sin embargo, eso no es pretexto para dejar de ejercitarte.
Lo mejor es ir poco a poco, realizando rutinas cortas y básicas, para que a medida que vayas sintiéndote mejor, aumentes la intensidad y tiempo también. Para no sentirte cansada debes ser constante, de este modo se irá acostumbrando tu cuerpo.
“No me gusta nada”: Hacer ejercicio puede resultar difícil, imagínate que además tienes que hacer algo que no te guste. Muchas nos repetimos una y otra vez que nada nos gusta pero es porque no ampliamos nuestro horizonte.
Existen numerosas actividades que puedes realizar, pero para ello debes probar hasta buscar la que más te agrade. Recuerda que no solo tienes que alzar pesas, bailar o correr. Puedes hacer más cosas, pero tienes que probar, además en distintos lugares la primera clase es gratis ¡qué mejor!
“No veo cambios, nunca”: Esta quizás es la excusa que más repetimos, sin embargo, NO somos conscientes de que todo cambio requiere su tiempo. Es obvio que de la noche a la mañana no conseguiremos el cuerpo soñado, pero ser constantes y esforzarnos día a día, es una mejor forma de conseguirlo.
Date cuenta de los pequeños avances; sabemos que quieres ver unos músculos marcados, kilos menos o aumento de volumen en algunos músculos, sin embargo, cansarse menos, aguantar más tiempo una rutina, son avances favorables. ¡No te desesperes!
