Madres tóxicas: ¡Evita convertirte en una!

Las personas tóxicas no están presentes únicamente en el ámbito social o laboral, tristemente también podemos encontrarlas en el entorno familiar.

Los mismos padres, con regularidad pueden llegara a ser esos seres tóxicos, que en lugar de ayudar en el crecimiento y desarrollo de sus hijos, solo consiguen perjudicar y convertir la primera etapa de la vida del pequeño en una experiencia negativa.

Pero ¿cómo nos convertimos en esa gente toxica que afecta a los hijos? Pues bien, algo que influye mucho es el contexto en el que crecimos y las experiencias previas. Por eso hoy hablaremos sobre las “madres tóxicas”.

madre tóxica

¿Cómo son las madres tóxicas?

Las madres tóxicas establecen un vínculo negativo con sus hijos, lo que puede limitar su libertad o bienestar, y a su vez, ocasionar la pérdida del contacto con él o ella.

El tipo de toxicidad es ejercida de manera voluntaria o involuntaria, es movida por el amor o el propio interés y tienen una elevada probabilidad de que el proceso de educación deje una marca en los hijos.

Poder identificar cuando alguien se está comportando de manera tóxica es importante, para frenar la situación y hacer que esta, -en este caso, la madre- mejore la manera de educar a sus hijos.

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¿Cómo identificarlas?

A continuación te presentamos algunas de sus características:

Fijación con los roles de género:

Algunas madres sienten que deben pasar a sus hijas el legado cultural de lo que se supone que representa ser mujer.

Por ello pueden presionar a sus hijas para que adopten una actitud sumisa ante los hombres y para que conciban las tareas del hogar como una responsabilidad suya.

La idea del hombre perfecto: 

Las madres que son muy conservadoras le inculcan sin querer a sus hijas la idea de que no serán felices sin un hombre a su lado.

Se les educa para que sientan tristeza y pesar si se encuentran solteras durante un tiempo, lo que las lleva a involucrarse en relaciones equivocadas para escapar de su soltería.

controladora

Poseen una personalidad controladora:

La madre acostumbra a dar por hecho que como figura materna deben tener la máxima responsabilidad de la educación de sus hijos, hasta el punto de que estos últimos no tengan ninguna capacidad de decisión sobre lo que hacen.

Alimentando la idea de que en cualquier elección que tome el niño debe pasar por la madre, dejando a los hijos sin la posibilidad de aprender a ser autónomos y aprender de sus aciertos y errores.

Se proyectan sobre sus hijos: 

Las madres tóxicas tienden a creer que sus hijos deben llegar a ser el “yo ideal” que ellas nunca llegaron a ser.

En ocasiones inscriben a sus hijos a un sinfín de actividades extraescolares que impiden que se dediquen a lo que de verdad les gustan.

Además, se plantean esta idea como una carrera contra el tiempo, haciendo que comiencen a “prepararlos” desde muy pequeños, obligándolos a practicar durante varios años, sin importar que el niño ya no quiera seguir en ello.

Mdres tóxicas

Desconfianza: 

Algunas madres asumen el rol de mujer protectora y prohíben a sus hijos e hijas entablar una amistad con personas que consideran sospechosas, independientemente de su apariencia.

Esto puede provocar una frustración en los hijos, lo que en la edad adulta puede crear una barrera  entre el círculo de amistades y la familia, provocando su aislamiento.

Además, estos criterios pueden ser una muestra de racismo, desencadenando el esquema discriminatorio desde muy temprana edad.

Actitud pasivo-agresiva:

Las madres tóxicas no se adaptan al rechazo del modo en el que tratan de educar a sus hijos.

Comúnmente siguen manteniendo la misma forma de educar, cambiando únicamente su estado de ánimo que ocasionalmente la muestra como una persona frustrada que mantiene la misma estrategia para buscar mejores resultados.

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La indiferencia:

En algunos casos, las madres en lugar de ser controladoras se convierten en todo lo contrario, lo que las lleva a disfrazar de permisividad lo que en realidad es indiferencia o pocas ganas de lidiar con los intereses de sus hijos.

Esto en un futuro afecta y convierte a los hijos en personas indefensas en la vida adulta, que caen fácilmente en la frustración y con baja tolerancia a las situaciones de tensión.

Las madres tóxicas son esas mujeres que tienen actitudes y creencias que justifican como un acto de amor o de costumbre, pero debemos entender que los tiempos cambian y que nosotras debemos modificar ciertos patrones para poder tener hijos más felices.