Lo que no debes decirle a una persona que padece cáncer

Existen muchísimas campañas de prevención, otras que hablan de los tratamientos más efectivos, y muchas más sobre las consecuencias del cáncer. Pero lamentablemente, son muy pocas las que nos hablan sobre sensibilización.

Efectivamente, es una de las enfermedades más temidas, y a pesar de que en ocasiones las campañas se concentran en que el público deje de temerle, lo ideal sería hablar de él con naturalidad.

A pesar de que la comunidad médica lo asocia más a una enfermedad crónica, mucha gente lo sigue considerando como una enfermedad terminal, sin importar el tipo que sea.

Uno de los principales retos a los que se enfrenta el paciente, es el impacto psicológico que supone la enfermedad. El apoyo puede resultar beneficioso desde el primer momento del diagnóstico.

Aunque al mostrar empatía, a veces no usamos la manera más adecuada para decir las cosas. Por ello, es mejor no utilizar algunas frases cuando hablamos con una persona que le han diagnosticado cáncer.

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“No pasa nada”:

Un diagnóstico de cáncer es una de las situaciones más difíciles, estresantes y que más atemoriza a las personas, ya que son pocos padecimientos los que originan tantos problemas que afectan a nivel cognitivo y emocional.

Aunque ya se puede hacer un diagnóstico precoz, los tratamientos son más efectivos y los pronósticos más favorables, existen factores como su cronicidad, su evolución y los efectos secundarios que generan un malestar emocional en el paciente.

“Déjate ayudar”, “desahógate”, “pide ayuda”:

En nuestro afán de ayudar, sobreprotegemos al paciente y nos empeñamos en crear necesidades que probablemente no tenga y lo único que logramos es generar inseguridad en el paciente.

Cuando a una persona le diagnostican un cáncer, no se convierte en otra, por lo que ofrecer la ayuda en lugar de imponerla es lo mejor que podemos hacer.

“Si eres positivo te vas a curar”:

Esto puede generar mucha frustración. El diagnóstico nunca es algo positivo y cualquier paciente tendrá momentos malos y buenos. La actitud del paciente no va a determinar el progreso de la misma.

Este tipo de comentarios hacen sentir presionado al paciente que no siempre va a ser capaz de sentirse bien consigo mismo durante el tratamiento.

“Es lo peor que puede pasar”:

El que un paciente tenga sus altibajos, no significa que podemos contribuir con negatividad.

Debesmos estar conscientes de que no es lo mismo dramatismo y empatía y esa clase de comentarios aumentan el miedo que el paciente tiene hacia la enfermedad.

“No digas/hagas/pienses eso”: 

Sin darnos cuenta, imponemos a la otra persona lo que debe de decir, pensar o sentir.

Esto hace que el paciente tenga que enfrentar sus emociones en soledad, cuando en realidad necesita alguien que valide sus emociones sin necesidad de cambiarlas o negarlas.

“Un conocido pasó por lo mismo”:

Comparar la situación del paciente con otras es altamente contraproducente ya que cada caso es completamente diferente.

Además, esto puede hacer que se generen expectativas que nada tienen que ver con la enfermedad en concreto o con el paciente.