La semana de la moda de Alta Costura está llena de sorpresas, y este 2017 no se hizo esperar. Primero, Versace anunció que no participaría más en este evento, debido a la cantidad excesiva de colecciones que debe producir al año Donatella, su directora creativa.
La segunda: por primera vez, Chanel no fue la firma en cerrar este mediático evento y su desfile fue programado para el segundo día. Sin embargo, esto no evitó que la colección tuviese ese sello característico de cada temporada: su magnificencia.
En esta ocasión, Karl Lagerfeld optó por cubrir el Grand Palais de París de espejos que recibieron a las modelos que lucieron la colección. Como era de esperarse, cada una de las prendas era una reinvención de los clásicos de la firma.
“Im-pe-ca-ble, destellos, plata, todo muy brillante”, señaló Lagerfeld respecto a la colección.
Una de las piezas que predominó fue el famoso “tweed” que creó Coco Chanel, que ha sido el centro de todas las colecciones de la firma. En esta ocasión lo vimos en su versión maxi e incluso convertido en vestido.
Hubo pequeños sombreros, cinturones altos que resaltaban la cintura y “salones plateados” de tacón alto. Todo esto, obviamente desde una visión couture. Los colores que prevalecen en la colección fueron blancos, negros y por supuesto, tonos pastel, además de la base metálica, tules y plumas.
Karl, asiduo de la elegancia y las normas de etiqueta, declaró respecto a los demás diseñadores: “Estoy un poco harto de los diseñadores de Costura que salen en vaqueros y camiseta”, al parecer, en referencia a Maria Grazia Chiuri, quien desde la pasada semana de la moda se ha robado toda la atención de los reflectores y la prensa tras su debut en Christian Dior.
Al cierre del desfile –uno de los menos elaborados de la firma-, Lagerfeld apareció acompañado de su joven musa Lily Rose Depp –hija de Johnny y Vanessa Paradis- quien lució un precioso vestido de novia, siguiendo así con la tradición de Karl al final de la pasarela.
