El primer trimestre del embarazo es el más intenso para las madres, sobretodo para aquellas que son primerizas, pues durante su transcurso tienen lugar la mayoría de los típicos síntomas.
Aunque para algunas el primer mes pase desapercibido, otras ya experimentan alguna que otra sensación extraña o nueva. Aquí te decimos cuáles son algunos de los síntomas que pueden aparecer en las cuatro primeras semanas de gestación.
Náuseas y vómitos.
Son los síntomas más “populares” y mayormente se presentan en las mañanas, sin embargo, pueden aparecer en cualquier momento. Algunas mujeres los sufren a los pocos días de su embarazo, ya que la implantación del embrión da lugar a cambios hormonales, y eso es lo que provoca las náuseas.
Ausencia del período o amenorrea.
Es uno de los síntomas de embarazo más claro y revelador, y casi siempre es el que lleva a pensar en una única dirección: el embarazo. Sobre todo si la mujer goza de ciclos menstruales regulares. En caso de ciclos irregulares, el retraso o la falta es más difícil de detectar con rapidez.
Cansancio y fatiga.
Si de un día para otro comienzas a sentirte más cansada de lo habitual durante la jornada, puede que estés embarazada. El cansancio es provocado por tantos cambios internos que estás pasando. El cuerpo materno ya no solo tiene que encargarse de la mujer: hay una nueva vida que hay que alimentar y desarrollar.
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Sensibilidad en los pechos.
Éste es otro de los síntomas de embarazo que aparece en los primeros días. Es de las primeras partes del cuerpo femenino que se preparan para su futura función, la de alimentar al bebé. Por ello, aumentarán de tamaño y se volverán bastante más sensibles tanto por los cambios hormonales que se están produciendo como por la acumulación de grasa.
Cambios de humor.
Ocurre igual que en la menstruación: la revolución hormonal que tiene lugar en el organismo de la madre afectará a sus emociones, de tal manera que podrás pasar de la euforia a la tristeza absoluta o a una excesiva irritabilidad en cuestión de momentos.
Estómago revuelto o acidez.
El aparato digestivo también nota que algo nuevo ocurre y puede reaccionar de diversas maneras. Algunas mujeres sienten que su estómago se revuelve y les sienta mal la comida; otras sufren una acidez repentina y algo molesta. Esto se debe, principalmente, al aumento del tamaño del útero.
Variaciones en el apetito.
Algunas mujeres pasan por momentos de un hambre incontrolada mezclados con otros de inapetencia. Asimismo, puede surgir un rechazo repentino a algunos sabores, comidas y alimentos en general.
Desarrollo del sentido del olfato.
Es posible que durante el desarrollo del embarazo, sientas un leve incremento de la sensibilidad de tu olfato. De repente, los olores se perciben de manera más intensa, generando rechazo por algunos de ellos e incluso se puede decir que a raíz de este síntoma, es que en parte se vienen las variaciones en el apetito por los olores de algunas comidas.