Comenzar a comer saludable es la meta de muchas personas, sin embargo, factores como falta de tiempo para preparar los alimentos o la cantidad de éstos que hay que consumir son algunos impedimentos para decidirse a hacerlo.
Pese a lo que se piensa, comer saludable no implica tener que limitarte sólo a consumir ensaladas y productos light. Se trata de encontrar un equilibrio entre la energía que requerimos para rendir al 100% y los alientos que nos lo aportarán. Tener como base esta última idea ayudarán a encontrar las mejores opciones para mejorar tu alimentación y además tu rendimiento físico , además pueden ayudarte con la pérdida de peso.
Deshazte de la comida chatarra en la alacena
Lo mejor para comenzar a comer saludable es limitarte de la comida chatarra. Desde cereales con azúcar, galletas, chocolates, sabritas… ¡Absolutamente todo!
Otros alimentos de los que debes deshacerte son las comidas congeladas altas en sal, los bolillos, refrescos embotellados o los que tengan una larga lista de ingredientes o lleven azúcar añadido.
Haz una despensa súper nutritiva
Lo más importante de comer saludable, es que debes tener los ingredientes a la mano. Esto hará que tus comidas sean más equilibradas. Nosotras te recomendamos que, para que esto se te facilite, tengas al menos 3 alimentos de cada uno de estos grupos:
Básicos: fruta fresca y verduras, huevos y lácteos enteros, como leche o yogur griego, sin azúcar añadido.
Congelados: verduras congeladas, frutas y bayas congeladas y comidas congeladas sanas.
Cereales: quinoa, arroz integral, cebada, avena, lentejas, alubias enlatadas.
Frutos secos: nueces, almendras, pistaches, arándanos, fruta seca sin azúcar, chía.
Condimentos: sal marina, pimienta negra, , especias y hierbas, ajo, cebolla.
Complementos: Aceites (virgen extra de oliva, de coco), vinagre (balsámico, de vino, de manzana), mantequilla sin sal.
Planifica tus comidas
Llevar una planeación semanal puede ayudarte a ahorrar tiempo y dinero. Puedes ayudarte con un organizador: indica qué comidas harás y marca las que ya tengas concretadas –almuerzos de trabajo o con las amigas- y añade qué días requerirás llevar tu comida ya preparada.
Una vez que tengas el calendario, busca recetas que se adapten a tus ingredientes. Si quieres ahorrar tiempo, elige recetas cuya base sea la misma –por ejemplo, pechuga de pollo-, esto evitará que compres de más.
Ya que tengas tus guisos, haz la lista de todo lo que necesitas comprar. Esto evitará que gastes de más y representará un gran ahorro. Si te sobra algún ingrediente después de cocinar, colócalo en un recipiente y guárdalo en el refrigerador . De esta manera, ya lo tendrás listo para el día siguiente.