En una ocasión, Marilyn Monroe declaró: “Me preguntan: ‘¿Qué se pone para dormir?, ¿la parte de arriba del pijama?, ¿la de abajo?, ¿un camisón?’ Yo respondo: ‘Chanel No. 5’, porque es la verdad… Como comprenderá, ¡no voy a decir que duermo desnuda! ¡Pero es la verdad!”.
Estas palabras, al igual que quien las pronunció, convirtieron a la fragancia en una de las más vendidas de la historia. Pero, ¿sabías que detrás de este perfume se esconde una historia de amor?
Inspirada por el amor
Su origen data en la década de los 20, tras el fallecimiento de Arthur “Boy” Capel, gran amor de Coco Chanel.
En esa época, Chanel adoptó muchas de las costumbres y tradiciones de su amado, de modo que llegó a hacer un viaje a Venecia, capital de la perfumería en Europa.
Tras deslumbrarse con los aromas a especias del Oriente, decidió que era el momento de crear una fragancia propia: un perfume de mujer con olor a mujer. Para eso recurre a Ernest Beaux, perfumista de los zares rusos en aquel entonces.
Hasta ese momento, la mayoría de los perfumes eran creados con base en alguna flor, por lo que Chanel No. 5 se convirtió en una innovación para la época, ya que contenía 80 ingredientes que le daban un aroma de un arreglo floral, imposibilitando la oportunidad de identificar alguna.
Entre sus ingredientes se encuentran las comores y el jazmín de grasse, las rosas de mayo, nerolí de Grasse, la vainilla de Bourbon, el vetiver Bourbon y el sándalo.
Fue el primero en utilizar aldehídos sintéticos y compuestos orgánicos. De hecho, se dice que adquirió su nombre debido a que fue después de la quinta muestra que Coco Chanel mostró simpatía por la fragancia, ya que representaba su idilio con “Boy” Capel.
Diseño minimalista
Para el frasco se eligió un diseño minimalista inspirado en la corriente cubista, todo esto gracias a la influencia de Pablo Picasso que era gran amigo de la diseñadora.
En cuanto a la tipografía y el empaque, se inspiró en los folletos dadaístas de aquella época y en los principios de la Bauhaus.
Al día de hoy, las referencias al romance e incluso a Marilyn Monroe, continúan presentes:
En 2005, el director de cine Baz Luhrmann dirigió a Nicole Kidman en lo que se convirtió en el spot publicitario más caro de la historia.
Este narra la relación entre una actriz que cansada de la fama y el acoso de la prensa, decide huir con un escritor a quien al final abandona para dedicarse a su carrera. ¿No es acaso una historia similar a My Week With Marilyn?
Así como Kidman, personalidades de la talla de Keira Knightley, Brad Pitt o Gisele Bündchen han protagonizado sus campañas publicitarias a lo largo de los años.
Hoy, Chanel No. 5 más que un perfume, es una leyenda que, probablemente, gracias a una declaración considerada inoportuna, su historia fue contada.