Aunque no lo creas, todas y cada una de las tiendas de ropa tienen una estrategia distinta de venta… y no tiene absolutamente nada que ver con el servicio del personal o la calidad de la prenda, sino con su probador. Sí, aquel espacio que no supera los 2×2 metros influye mucho en la decisión que tomas sobre si comprar la prenda o no.
Es algo que aplican las firmas tanto de lujo como las de low cost y varía dependiendo de la necesidad de esta, incluso por encima de la del cliente. Al menos eso es lo que determinó una revista de moda al hacer una comparación en algunas de las boutiques más visitadas por los compradores.
El espacio: La mayoría de las tiendas tienen la tendencia de delegar el espacio al probador dependiendo del costo de sus prendas. A mayor gasto del cliente, mayor tamaño del probador.
El dilema de las puertas: Este caso aplica de la misma manera: si el cliente va a gastar mucho dinero en una sola prenda, la tienda le concede “intimidad” al colocar puertas en los probadores, de no ser así, colocan cortinas. Esta regla aplica sin distinción alguna: ya sea al momento de comprar un vestido de noche en determinada tienda low cost o si piensas adquirir un bikini en Victoria’s Secret.
¿Qué pasa con la iluminación? Seguro has notado que algunas tiendas otorgan una iluminación inigualable, mientras que otras se limitan a poner una iluminación media. El que no haya una buena iluminación -no precisamente tiene que ser excesiva- es una oportunidad de venta perdida. Lo ideal son las luces laterales de espejo que crean una nebulosa en el espacio y evitan que aparezcan sombras o malas expresiones o sea, la iluminación debe favorecer al producto y por supuesto, la imagen del consumidor. Lo mismo con la iluminación cálida, que puede hacer sentir al cliente en un lugar acogedor, lo que lo invita a probarse más y más ropa.
¿Y los espejos? Estos son un asunto igual de delicado que la iluminación. Algunas tiendas llegan al grado de utilizar espejos que adelgazan al comprador entre 2 y 5 kilos, con el pretexto de trabajar “en la autoestima”. Otras firmas apuestan por el doble o triple espejo, como H&M. Aunque igual un exceso de espejos puede confundir.
¿Solo o acompañado? Algunas tiendas ofrecen taburetes, sillas o bancos para que nuestro acompañante repose mientras nosotros nos probamos nuestras prendas o viceversa. Cosa que se agradece si es un día largo de shopping.
¿Cuántas prendas se pueden pasar? Algunas tiendas tienen un estricto control de las prendas que puedes pasar al probador, mientras que otras incluso no colocan sensor de alarma en algunas de ellas. ¿El secreto? La mayoría cuenta con un microchip que permite seguir su rastro.
Todos estos detalles, aunque no lo creas, influyen en nuestro modo de elegir, cantidad de prendas y dinero que vamos a gastar al momento de comprar. Es por eso que debemos tomarlos en cuenta si contamos con una cantidad destinada para renovar nuestro guardarropa y de esta manera no sobregirarnos.